Artículo de opinión escrito por: Pedro Piñate
En ese sentido es claro que el futuro de Venezuela exige que en el presente se suceda cuánto antes un cambio de políticas y de políticos, en favor del productor del campo o que si no ayudan al menos no lo perjudiquen y permitan invertir y producir en paz. Caso contrario la producción ganadera no podrá crecer como debe, y de mantenerse como está, se encontrará insuficiente respecto a cualquier mejora eventual de la economía que pueda suceder e impulse la recuperación del consumo y la demanda de productos pecuarios.
Por ser la carne y la leche alimentos proteicos del más alto valor nutricional, su consumo a niveles normativos por la población debe promoverse y procurarse. Al respecto es de recordar la advertencia de Sir John Boyd Orrk, primer Director General de la FAO: “Si la gente tiene hambre necesita alimentos, si está mal alimentada, necesita buenos alimentos”.
Infortunadamente la ausencia de estadísticas oficiales actuales y confiables, es una gran limitante al desarrollo ganadero para producir más y mejor carne y leche combatiendo el hambre. También la falta más absoluta de investigación y extensión pecuaria, así como el deterioro educativo a nivel técnico y universitario por el cerco sostenido que el Estado mantiene a los institutos y universidades.
De allí que tomará tiempo superar estas y otras dificultades en el camino del desarrollo pecuario deseado, que por demás requiere de un liderazgo ganadero y profesional con visión de cara al futuro. Por todo esto, mientras el futuro nos alcanza o mejor nos apuramos y lo alcanzamos, una mejor perspectiva ganadera nacional sigue a la espera del viento a favor más permanente.