Minuta Agropecuaria | 6 Ene 2023
Luego de seis años y por iniciativa del sector privado, volvió la siembra de girasol en este 2023, cultivo que en los campos de Turén, ve llegar a cientos de habitantes que aprovechan su etapa de floración para tomarse fotos e, incluso, verla desde los cielos.
Solo 2.500 hectáreas se lograron sembrar para este año, aunque no en la superficie estimada, a consecuencia de la fallida comercialización del maíz que frenó toda intención de recuperación para este ciclo norte verano 2022-2023.
«Lamentablemente la cosecha de maíz, que fue buena en campo, tuvo una comercialización con muchos problemas. La aspiración de los productores del precio alterno no se cumplió y los cultivos de frijol, ajonjolí y el girasol vieron disminuidas sus intenciones de siembra, precisamente porque muchos tractores no se pudieron recuperar; el dinero no estuvo en el momento que se necesitaba», manifestó Ramón Elías Bolotin, director de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro).
A su juicio, la falta de financiamiento sigue siendo el principal problema del campo venezolano. “Los agricultores trabajan con recursos propios y con el retraso en el pago y el diferencial cambiario de bolívares a dólares, se pierde un 20 % y eso dio al traste con esa recuperacion que mostraba el campo en el 2022″, aseveró.
Bolotin aseguró que el girasol vino de la mano con la «agricultura de contrato» que, en cierto modo, garantiza no solo los insumos sino la comercialización y su compra.
«En Venezuela las leyes de mercado no funcionan bien. Existen muchos ofertantes y pocos compradores pero la agricultura de contrato vino a equilibrar esto y, en el caso de este girasol, el agricultor conoce el precio, el sistema de comercialización y quien lo va a comprar. Quien se lanzó a sembrar girasol es porque ya conoce las condiciones y las acepta», aclaró.
Recordó que en los años 80 se llegaron a cultivar cerca de 90 mil hectáreas de girasol, rubro que va dirigido a la producción de aceite comestible y de donde Venezuela importa más del 90 % de las grasas y aceites comestibles. “Tenemos mucha esperanza en que a futuro el girasol se recupere». (Mireya Mireya Moya)