La demanda de carne depende de la capacidad adquisitiva del pueblo. Mientras más poder adquisitivo, mayor consumo.
Por: Roneybert Mendoza
La caída de poder de compra de las personas, la falta de planes de financiamiento al sector ganadero y las importaciones, son algunos de los problemas por los cuales se ve afectado directamente el consumo de carne en Venezuela.
De acuerdo con los cálculos y la investigación del asesor empresarial de Industrias Cárnicas Portuguesa, Mauro Arteaga, en un período de diez años que comprende desde el 2011 hasta el 2021, el promedio consumido por el venezolano se ubica en 72,9 kilogramos por persona. El pico más alto, se sitúa en el 2013, con 105 kg por persona, mientras que el 2018 cae en picada a 32 kg, producto de la difícil situación económica presentada para ese entonces.
En la actualidad, el venezolano consume 12 kg de carne por habitante en promedio, mientras que en 2022 fue de 8 kilos. «Se ha producido una recuperación en el consumo de carne de res bovina. Estamos, hoy en día, rondando los 12 kilogramos per cápita, pero venimos de una caída que fue muy importante. En el año 2005, el consumo se ubicó en 27 kg por persona”, dijo.
El país estuvo marcado por las importaciones abiertas que, según señala el experto, fue una competencia desleal que afectó la producción nacional “porque los precios estaban por el suelo y no había manera de recuperarlos; la carne del exterior competía con la carne nacional”.
¿Cuándo disminuye el consumo?
Al aumentar el precio de la carne, el consumidor tiende a disminuir el consumo y recurre a lo más accesible al bolsillo como mortadela, pollo, entre otros.
En líneas generales, el pueblo venezolano consume anualmente 73 kg por persona de proteína animal, compuesto en primer lugar por la carne de pollo, en el segundo lugar la carne de res, los derivados lácteos, huevos, pescados, además de mariscos y, por último, la carne de cerdo.
Caída del rebaño
Desde el 2011, las exportaciones han tenido un peso de 2,4 % en la producción nacional. En el 2020, Colombia cerró sus exportaciones por la presencia de fiebre aftosa en su rebaño y Venezuela incrementó sus exportaciones a 6.09 %.
Arteaga explica que el Gobierno se enfrascó en solo exportar toros, luego vacas y, al ver que los números del rebaño iban en picada, paralizaron la comercialización a otros países.
«De 16 millones a 14 millones cayó el rebaño de ganado en 2020-2021, por las exportaciones sin regulación», comenta.
Asegura que la cantidad de cabezas de ganado, no es alto porque, si se compara a otros países, tenemos media cabeza por persona.