Minuta Agropecuaria | 17 Enero 2024
El mejoramiento genético de arroz en Venezuela inició en la Estación Experimental de Araure (Portuguesa) en 1953 con el fitomejorador Eduardo Chollet Boada, quien generó cultivares con resistencia al virus de la hoja blanca y a Helminthosporium, factores que afectaban severamente las siembras comerciales. Las variedades Morotuto (1954), Chollett y Payara (1957), Llanero 501 (1963), Acarigua-350 y Portuguesa II (1970), consolidaron no solo la producción comercial del cultivo de arroz en Venezuela, sino que lograron el autoabastecimiento nacional en 1963, a solo 10 años de haber iniciado el trabajo, quedando consagrado Eduardo Chollet como el padre del mejoramiento genético de arroz en el país y el estado Portuguesa como el granero de Venezuela.
El desarrollo de cultivares de arroz fue desarrollado en gran medida por la institución pública, a la cual le fue cambiado el nombre en diversas oportunidades: Estación Experimental de Araure (1953-1960), FONAIAP en (1961-1999) y por último INIA (2000- hasta el presenta). El personal de investigación en arroz fue creciendo tanto en Portuguesa, como en otras regiones arroceras del país que fueron incorporadas paulatinamente en el tiempo. Los fitomejoradores que pusieron a disposición de los productores venezolanos 23 variedades de arroz a lo largo de 70 años fueron Eduardo Chollet Boada (1953- 1972), Aníbal Rodríguez (1967 – 1997), Alberto Salih Lorca (1976 – 1998), Nelly Delgado (1989 – 2002), Annerys Ramos (1995-1998), Rosa Álvarez (1996-2023), Edicta Reyes (1997- 2023), Gelis Torrealba (1995 – 2013) y Marcos Acevedo (1996 – 2015). En cuanto a la empresa privada, ésta inició investigaciones en mejoramiento genético de arroz en la década del 90, aportando hasta el presente 15 variedades de arroz, destacándose los fitomejoradores Carlos Aguiar (IANCA), Luis López Méndez (Fusagri), Yubirí Mujica (Aproscello), Carlos Gamboa, Eduardo Graterol, Yorman Jayaro, Rosaura Perdomo (Fundación Danac) y Juan Figueroa (Asoportuguesa).
La investigación en este cultivo se realizó de acuerdo a la demanda del entorno, que en este caso son las necesidades de los productores, industriales y consumidores de arroz nacional. Por muchos años, el estado venezolano financió y llevó a cabo la investigación en el rubro arroz en Portuguesa, Guarico y Barinas. sin embargo, en 1987 se tomaron decisiones que cambiarían la manera de actuar tanto de los investigadores como de los productores de arroz. En esa época, el Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias (FONAIAP), ante el hecho de que el cultivo de arroz estaba consolidado en el país (el circuito contaba con un desarrollo tecnológico y una producción de semilla local capaz de producir de manera sostenible lo suficiente para autoabastecer al país), suspendió la asignación de recursos para realizar investigación en este rubro. Por otra parte y en paralelo, la banca suspendió el financiamiento a los productores de arroz que no poseían capacidad de riego, generando una crisis en lo inmediato, por efecto de merma en la superficie sembrada, que llevó al país por primera vez en 25 años, a importar arroz. Este suceso, impulsó a los actores de ese tiempo a encarar la situación y a avocarse a resolverla. Por la parte de investigación, el Fitomejorador Alberto Salih Lorca (Fonaiap), procuró la ayuda económica del sector productor para continuar con el trabajo de investigación en arroz, la cual fue otorgada por APROSCELLO y FUNDACION POLAR; ese paso significó el inicio de una nueva forma de trabajo que posibilitaría no solo la continuidad de la investigación en este rubro, sino en una mayor incorporación de los productores en el proceso de desarrollo de nuevos cultivares, que hasta el presente se mantiene.
Vendrían nuevos retos para el circuito arrocero, como el ocurrido a mediados de los 90, cuando el Centro Internacional de Agricultura Tropical CIAT (Colombia) anuncia el cese de la investigación en arroz, ante la idea de que el cultivo era suficientemente fuerte y estaba consolidado en Latinoamérica. En respuesta, productores lideres venezolanos tomaron la iniciativa de reunirse con productores de Colombia y Brasil en CIAT, surgiendo allí una idea que impactaría la forma de hacer investigación en arroz en Latinoamérica y el mundo; la cual fue la creación del Fondo Latinoamericano de Arroz de Riego FLAR (1995), donde el sector productor de los países socios asumen el financiamiento de la investigación del cultivo. En Venezuela se crea la Fundación Nacional del Arroz (FUNDARROZ) ese mismo año, como consecuencia de la necesidad de organización de la plataforma arrocera nacional y desde ese momento se potencia el trabajo en mejoramiento genético de arroz.
Inició una nueva era, donde el mejoramiento genético de arroz en Venezuela es llevado bajo convenios entre FUNDARROZ e instituciones público/privadas, el sector productor cofinancia el costo de las actividades, se organiza el grupo de técnicos y se realiza el trabajo mediante proyectos de carácter interinstitucional, aprovechando las fortalezas existentes y ahorrando recursos. Como resultado de este trabajo se tiene la obtención de 16 variedades de arroz (1996-2023): *Fundarroz PN-1(2000), *Venezuela 21(2004), *Araure 50(2005), *Guárico 45(2005), *Centauro(2007), **Payara FL (2010), Pionero FL (2010), *Soberana FL(2012), **Llanera FL (2015), ***ASP-18 FL (2018), *Libertad FL(2020), *Araureña FL(2020), *Barinesa FL(2020), *Guariqueña FL(2020), ***Nory (2023) y **Suprema FL (2023). Es indudable el éxito del trabajo realizado, en general los cultivares liberados tienen alto potencial de rendimiento, buen comportamiento agronómico, resistencia a piricularia, virus de la hoja blanca y sogata, además de buena calidad de granos. En cuanto a la eficiencia se tiene una producción promedio de nuevos cultivares es de 1 cultivar/ 2 años y en la actualidad, una cobertura nacional, tanto de variedades como de área sembrada de más del 90%.
Nuevos tiempos, nuevos retos y el sector arrocero no escapa de ello. Múltiples problemas ponen a prueba la capacidad de resiliencia de los circuitos productivos y en arroz, a pesar de la oferta de cultivares, la ocurrencia de diversos factores en los últimos años ha incidido en la perdida de la capacidad de producción en Venezuela, trayendo como consecuencia la necesidad de importación (1995, 2003 y a partir de 2007 hasta el presente); para el 2020 ésta se ubicaba en 30% de la demanda nacional (ONUDI, Chain Analysis Tool (CAT) 2020.
En la actualidad, un peligro particular amenaza el futuro de las variedades y es la merma significativa de fitomejoradores en Venezuela, lo que FUNDARROZ encara con ideas innovadoras que muy posiblemente se conviertan en ejemplo a seguir, mediante la creación de un plan formativo cuyo objetivo es la formación de la generación de relevo en esta área que garantice la obtención y liberación de cultivares en el tiempo. Para ello y en alianza con la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), dio inicio el “Curso de Ampliación de Conocimientos para la Formación de Fitomejoradores” el 20 de Octubre de 2023 en la sede de FUNDARROZ, el cual tendrá una duración de 101 días de actividades en 13 meses y la participación de más de 70 capacitadores provenientes de INIA, FLAR, Centro Internacional de Investigaciones de Maíz y Trigo (CIMMYT), UCLA, UCV, APROSCELLO, FUNDACIÓN DANAC, FUNDACIÓN CIEPE, RiceTec Sementes LTDA – Brasil, Universidad de Hohenheim Stuttgart – Alemania, Universidad Federal de Santa María – Brasil, Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología (ICGEB) – Italia, Universidad Nacional Autónoma de Tayacaja Daniel Hernández Morillo – Perú, entre otros.
El apoyo decidido de investigadores venezolanos que residen en Venezuela o en el exterior a este plan, es una muestra de la fortaleza técnica que aún posee nuestro país, que puede servir para enfrentar debilidades como las ya mencionada en el área de Fitomejoramiento. En este caso particular, la formación integral de estos profesionales en genética, agronomía y semilla, posibilitarán contar en los próximos años con una generación de jóvenes capaces de desempeñarse como fitomejoradores, liderar programas de mejoramiento, brindar apoyo técnico a los programas de semilla y abordar de manera adecuada problemas en los cultivos de importancia para la región, cuya solución esté vinculada al área de genética.
FUNDARROZ respondiendo a las necesidades del sector arrocero, da un paso más en pro del apoyo a la ciencia y tecnología del país, teniendo claro que promover la formación técnica es contribuir a mejorar la competitividad de los circuitos productivos y el bienestar futuro del agro negocio en nuestro país.