Artículo escrito por: Duilio Torres Rodríguez
Las actividades antrópicas han generado graves problemas de contaminación, siendo las principales actividades que generan agentes químicos y la acumulación de agroquímicos y metales pesados, especialmente en suelos, lo que a largo plazo puede poner en riesgo la calidad del suelo, la salud de las personas y la inocuidad de los alimentos, que se traducen en graves problemas de salud, además que el deterioro del suelo se ve reflejado en una disminución dela materia orgánica, disminuyendo la fertilidad potencial del mismo
Los problemas de degradación de suelos están asociados al manejo agricola tradicional, el cual se ha caracterizado por el uso excesivo de agroquímicos, la mecanización y el sobrepastoreo, han llevado al deterioro de los recursos naturales como suelo y agua producto de la compactación de los suelos, salinización, acidificación, así que se han acentuado con el cambio climático como consecuencia de las actividades antrópicas, por lo que es necesario y una obligación basado en el manejo sostenible de los agroecosistemas, que permiten la recuperación de la calidad de los suelos, de tal manera de mantener la productividad y contribuir a suplir la necesidades de alimentos de la población mundial.
Desde hace décadas esta situación ha llevado al cambio de paradigmas en relación al manejo de los sistemas agrícolas y pecuarios, dentro de las cuales se han desarrollados distintos enfoques desde la agricultura orgánica, la agroecología y en los últimos años la agricultura y ganadería regenerativa, destacando que todos convergen en un solo objetivo mejorar la calidad del suelo y el agua, mediante la reducción del uso de bioinumos, mecanización y explotación de la tierra.
Uno de los nuevos paradigmas y que abordaremos en este artículo es el referido a la denominada agricultura o ganadería regenerativa, la cual se basa en 4 principios fundamentales, como son regenerar el suelo, la biodiversidad, respetar la interacción entre los organismos vivos y la regeneración del conocimiento ancestral, este último aspecto ha sido poco valorado en Latinoamérica.
Con respecto a la regeneración del suelo, la misma se basa en el la incorporación de la materia orgánica y la promoción de la actividad biológica del mismo, la cual es solo posible disminuyendo el uso de agroquímicos, promoviendo el reciclaje de residuos de cosecha y generando condiciones que permitan el mantenimiento de la actividad biología del suelo, para lo cual es necesario para la recuperación de las propiedades físicas mediante sistemas alternativos de labranza como la siembra dieta y la mínima labranza
Cuando se habla de recuperación del suelo o incluso de la regeneración, son términos que se deben manejar con cuidado, dado que si bien al corto plazo se logran mejorar algunas características, no se pueden crear falsas expectativas a los productores porque la restauración del suelo es un proceso lento y complejo, por lo que desde mi experiencia, sugiero desarrollar protocolos que permitan cuantificar la magnitud de los cambios, a partir de la adopción de nuevos modelos de producción agricola, sustentado en la selección de indicadores físicos, químicos y biológicos del suelo, los cuales ya han sido desarrollados de manera exitosa en sistemas agrícolas del estado Lara y Falcón como la depresión de Quíbor (fuente) y llanura de Coro y cuyos datos están a la disposición de la comunidad agrícola nacional.