Minuta Agropecuaria | 11 Octubre 2023
La rabia es una enfermedad zoonótica, es decir, se transmite entre diferentes especies. En animales de sangre caliente puede afectar a bovinos, bufalinos, équinos, porcinos, ovinos y caprinos.
La enfermedad tiene dos presentaciones, una denominada rabia muda, la cual cursa sin síntomas aparentes. La otra se llama rabia furiosa, se manifiesta sensibilidad a la luz y sonidos, excitación, salivación abundante, los bovinos atropellan objetos, golpean el suelo, en la etapa final las patas traseras no pueden sostener el cuerpo del animal y tambalean, se postran y dejan de alimentarse.
Si se llega a presentar un contagio en el hato se debe proceder a vacunar los animales que pudieron tener contacto con el bovino enfermo para prevenir la dispersión. Es conveniente identificar dónde se alojan los murciélagos hematófagos, pues estos son el reservorio y los transmisores del virus.
“La rabia es una enfermedad viral que afecta múltiples especies, por eso se considera zoonótica. Tiene diferentes formas de presentarse, en el área urbana animales como los perros pueden tener contacto con murciélagos, los cuales son el reservorio del virus. En el ambiente rural están involucradas otras especies de murciélagos hematófagos. Cuando estos se alimentan de sangre de bovinos transmiten la enfermedad, en ocasiones generando brotes”, explicó Germán Cantor, investigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta).
Es una enfermedad neurológica, los animales suelen mostrar señales de nerviosismo. “Es amplia la gama de signos clínicos que puede presentar el animal ante esta patología”, dijo. Entre algunos síntomas “tienen dificultad en la marcha, la enfermedad avanza progresivamente desde la médula espinal hasta el cerebro, provocando cuadros clínicos de consideración”, explicó.
Si se confirmase el cuadro de rabia, el siguiente paso es hacer una vacunación en el hato donde ocurrió el contagio, en forma de anillo, para intentar controlar dispersión, afirmó el experto.