Optimizar la eficiencia reproductiva en el predio es esencial para mantener la rentabilidad de un hato lechero. Esto quiere decir que el principal objetivo reproductivo es preñar a las vacas lo más rápido posible después del parto. Conozca qué pasa antes y luego del parto.
Carolina Herrera, médica veterinaria y zootecnista especialista en Reproducción bovina, indica que el sistema de lechería siempre debe tener como objetivo el reproducir para producir leche, “y si logramos preñar las vacas más rápido, ojalá antes de los 100 días de parida, tendremos mucha más eficiencia para mantener unos indicadores productivos”.
Teniendo en cuenta este propósito, el ganadero debe analizar el tema fisiológico de la vaca para entender qué es lo que pasa unos días antes y después del parto, no olvidando que se presentan una serie de momentos que son importantes tanto para el animal como para el productor.
De acuerdo con Herrera, “quiero que tengamos en cuenta que hay unos momentos muy importantes y que a veces tanto profesional como el mismo ganadero, por el afán y por costos o cualquier otra situación, descuidamos mucho”.
Es por esto que se debe tener claro que la vaca entre gestación y gestación tiene unos periodos en los cuales se presentan unas necesidades especiales. Por lo tanto, cuando la hembra pare, tendrá unos días en los cuales va a necesitar una involución uterina.
“Esa involución va de la mano con una recuperación física, entonces estos primeros días después del parto son vitales y esos días antes del parto tienen mucho que ver con esa recuperación física después del dar a luz a la cría”, explica Herrera.
Esto quiere decir que durante los primeros 30 días, el productor debe estar atento a la condición corporal de la vaca, a su consumo de alimento, a su salud como tal, pues es la época en la que puede presentar algún altibajo y en la que se tienen que tomar medidas inmediatas para que la recuperación sea más rápida.
En palabras de Herrera, “después de esos primeros 30 días e incluso un poquito antes de este tiempo, la vaca empieza a tener unos ciclos cortos donde comenzará su actividad cíclica normal y a esto lo llamamos como la recuperación hormonal porque ocurre ya después del primer mes”.
Normalmente se espera entre 30 y 45 días, que es el periodo de espera voluntario, para empezar a hacer unos monitoreos y así tomar la decisión si la vaca va a ser preñada o no.
“Estos periodos entre antes del parto y los primeros mes y un día después del parto son llamados como transición. Por lo cual es muy importante que tengamos en cuenta que la vaca, entre los 21 días antes del parto y los 21 días siguientes al parto tiene muchos cambios como el bajo consumo de alimento de materia seca que genera que haya inmunodepresión y por eso está más expuesta a que se contamine con infecciones en la ubre, que tenga problemas metabólicos”, describe Herrera
Durante este periodo, el animal debe adaptarse a una nueva dieta y a cambios hormonales, razón por la que hay unos requerimientos más altos de minerales, energía. Si algunos de estos aspectos se descuidan, la vaca va a tener problemas no solamente externos, sino internos con posibilidad de llegar a ser subclínicos.