La primera variedad de arveja de semilla verde fue creada por investigadores de Argentina. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria ( INTA) y la Universidad Nacional de Rosario abrieron la convocatoria para licitar la comercialización de la variedad. Se trata de la primera semilla desarrollada por ambas instituciones.
Adaptada a las condiciones climáticas de Santa Fe, Primogénita permite mejorar el rendimiento del cultivo y disminuir el costo de importación de semillas, ventajas competitivas para el mercado mundial.
Luego de un trabajo de mejoramiento genético, INTA Oliveros, Santa Fe, y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario, abrieron la licitación pública para la comercialización de Primogénita FCA-INTA, la primera variedad de arveja de semilla verde.
María Andrea Espósito, especialista en legumbres del INTA Oliveros, aseguró que esta nueva variedad se obtuvo a partir del “único programa de mejoramiento de arveja” y que el mismo “se desarrolla en instituciones públicas y que promueve el desarrollo local de genotipos adaptados a la región”.
Primogénita FCA-INTA tiene un rendimiento superior respecto a la variedad más sembrada en la actualidad. “Esto se debe a su mayor número de granos por vaina y a su buen comportamiento frente al oídio, enfermedad causada por un hongo que provoca el manchado de las semillas e impacta en la comercialización”, dijo la investigadora.
El clima ideal
El cultivo de arveja, como el de otras legumbres, amplía la oferta de cultivos extensivos invernales para ser incluido en las secuencias agrícolas. Además, fija nitrógeno del aire y consume menor cantidad de agua que los cereales de invierno, favoreciendo el desarrollo de una agricultura más sustentable.
Los cambios alimenticios permitieron el crecimiento en los últimos años del mercado de legumbres. Quienes eligen no consumir carne encuentran en las legumbres el aporte proteico que obtendrían de los alimentos de origen animal.
Sobre la importancia de obtener semillas nacionales, Espósito subrayó que “el trabajo con estas variedades es una muestra de soberanía tecnológica y representa una ventaja competitiva.
“En la actualidad, las variedades sembradas están adaptadas a las condiciones de clima y suelo de la región, pero son de origen extranjero”.
Ventaja de ser nacional
Puntualmente, para los productores argentinos es una ventaja porque “recibe una genética mejorada que se traduce en mayores rindes por haber sido desarrollada localmente y adaptada a nuestras condiciones agroecológicas.
INTA y Universidad Nacional de Rosario abrieron la convocatoria para licitar la comercialización de la variedad, la primera semilla desarrollada por ambas instituciones.
Asimismo, la “comercialización de esta variedad mejorada, aumentaría el volumen de las exportaciones por su mayor rendimiento. Además disminuiría los costos de importación de semillas, generando un mayor ingreso de divisas para nuestra región”, indicó Espósito.