Minuta Agropecuaria | 07 Agosto 2023
Según investigaciones reflejan que el nitrógeno, es el elemento mas abundante en la atmósfera, no puede ser utilizado por las plantas, sin embargo algunas bacterias pueden usarlo, y al asociarse a las plantas, aprovechan el nitrógeno. Mucho se ha avanzado en el conocimiento de este proceso, y es una realidad que se pueden utilizar no solo para para ahorrar en el uso de fertilizantes, sino para promover un mejor desarrollo de los cultivos, incrementar los rendimientos y promover el desarrollo de la agricultura en suelos pobres.
El empleo de bacterias fijadoras de nitrógeno representa una gran oportunidad para la agricultura ya que el nitrógeno fijado en el suelo por las bacterias se encuentra disponible directamente justo en el lugar (rizosfera) donde es requerido, mientras que los fertilizantes inorgánicos aplicados al suelo sufren una pérdida de hasta el 50% debido a procesos naturales de lixiviación y desnitrificación. Además, la excesiva lixiviación tle los fertilizantes inorgánicos puede dar lugar a la contaminación de las aguas subterráneas, ríos y lagos causando daños ecológicos, y puede constituir un riesgo para la salud animal y humana.
Dentro de las bacterias simbióticas fijadoras de nitrógeno encontramos dos grupos de organismos. El primer grupo pertenecen bacterias móviles del suelo, que son atraídas hacia la raíz por compuestos que ésta libera. Pertenecen al grupo de quimioorganotrofos aerobios. Se denominan Rizobios. A este grupo pertenecen Rhizobium (nodulan en raíces de leguminosas de climas templados y subtropicales), Azorhizobium (nódulos en tallos y raíces) y Bradyrhizobium (nodula raíces de soja). Existen otros formadores de nódulos de fijación dudosa de nitrógeno como son: Phyllobacterium (forma nódulos en tallos y hojas de mirsináceas y rubiáceas) y Agrobacterium.
El segundo grupo está formado por Actinomicetos (bacterias Gram positivas) que nodulan raíces de muchos árboles y arbustos. Son aquellas bacterias filamentosas que viven en simbiosis con plantas actinoricicas (angiospermas capaces de formar nódulos) y son pertenecientes al género Frankia. No forma micelio aéreo y sus esporas son inmóviles. Nodula los géneros Alnus, Myrca, Casuarina, etc. Esta nodulación es de gran importancia para plantas leñosas perennes, porque aporta nitrógeno al suelo en zonas pobres o repobladas. Entre las plantas simbiontes destacaremos las leguminosas (Fabáceas) por su importante papel en la evolución humana, proporcionando alimento (lentejas, alubias y guisantes), forraje para la nutrición de animales (trébol, arveja, alfalfa…), obtención de madera (Acacia, Leucaena) o para colonizar suelos pobres faltos de nutrientes (retama, tojo, escoba…).
Las bacterias fijadoras de nitrógeno de los géneros Azotobacter, Rhizobium y Azospirillum han sido las más empleadas en agricultura como biofertilizantes.Los mecanismos mediante los que estas bacterias ejercen estos efectos son variados. Así, pueden fijar nitrógeno atmosférico y suministrarlo a la planta; pueden sintetizar diferentes fitohormonas que actúan mejorando diferentes estadios del crecimiento vegetal; solubilizar minerales de fósforo poniéndolo a disposición de la planta, y sintetizar diversos compuestos de bajo peso molecular o enzimas que intervienen en el crecimiento y desarrollo vegetal. Una determinada bacteria puede afectar al desarrollo de la planta mediante uno o más de estos mecanismos.
Vía: www.agroalimentando.com