Pese a que la producción avícola a pequeña escala puede que parezca una pérdida de tiempo a quien no esté dentro del sector, esta es una fuente esencial para la renta y la nutrición de los hogares menos favorecidos de África, Asia, Latinoamérica y el sur del Pacífico.
Glenneis Kriel informa del Congreso de la Asociación Mundial de Veterinarios Avícolas (WVPA), celebrado en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en septiembre de 2015.
Según la Dra. Rosa Costa, de la Fundación KYEEMA de Mozambique, más del 80 % del stock avícola mundial se cría en pequeños lotes. Aun así, estos países solo suponen el 6 % de la producción mundial.
¿Qué se debería hacer entonces para desarrollar el potencial completo de estos sistemas de producción a pequeña escala? La Dra. Costa explicó que la mayoría de las intervenciones hasta ahora están o bien enfocadas hacia la salud —como la vacunación contra la enfermedad de Newcastle y los tratamientos antiparasitarios, los alojamientos construidos con los materiales locales disponibles o las estrategias de alimentación para los diferentes grupos de edad—, o bien hacia estrategias de reproducción para mejorar el potencial genético del lote.
Vacunación contra la enfermedad de Newcastle
Las intervenciones centradas en la vacunación de los pollos contra la enfermedad de Newcastle han demostrado ser las más exitosas. “Un estudio realizado por la FAO encontró que la vacunación contra la enfermedad de Newcastle de los pollos de traspatio en África redujo la mortalidad hasta un 80 % aproximadamente y aumentó las ganancias del granjero de 18 a 23 dólares estadounidenses”, manifestó Costa.
La enfermedad de Newcastle es altamente contagiosa y puede acabar con un lote de aves en solo unos cuantos días. Los síntomas dependen de la cepa del virus causante del brote y van desde síntomas respiratorios —tales como jadeo, tos, estornudos—, pasando por síntomas nerviosos —temblores, parálisis y espasmos—, hasta síntomas digestivos, como la diarrea. La enfermedad puede provocar también un descenso en la producción de huevos y estos pueden presentar una forma o color anómalos y tener el albumen acuoso.
El estudio halló que un suplemento del pienso, el tratamiento antiparasitario y un alojamiento mejor solo fueron efectivos cuando se utilizaron en combinación con la vacuna contra la enfermedad de Newcastle. Se recomendaron otras vacunaciones, como la viruela aviar o la bronquitis infecciosa.
Otro estudio realizado por el Centro Australiano para la Investigación Agrícola estimó que el beneficio obtenido por el control de la enfermedad de Newcastle en Malasia, Vietnam y Filipinas llegaba hasta los 211 millones de dólares estadounidenses, con una tasa interna de retorno del 31 %.
A partir de esto, Costa estimó que el beneficio devengado de la vacunación de un 10 % de los 1500 millones de aves de toda África entre 2003 y 2010 fue de 131 millones de dólares estadounidenses.
Comentó que la mayoría de los proyectos que introdujeron nuevas razas encontraron problemas y que los esfuerzos para transformar la producción en sistemas semintensivos fracasaron.
“Los aldeanos no pueden permitirse sistemas semintensivos debido al elevado precio del pienso y los altos índices de mortalidad de las aves. Algunos son, además, reacios a utilizar los alojamientos, pues consideran que aumentan los problemas con los depredadores, como por ejemplo las serpientes. Por tanto, el objetivo de una intervención debería estar enfocada a fortalecer los sistemas de producción, antes que en intentar transformarlos por completo”, concluyó Costa.