Un equipo de la Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad de Almería (UAL) recomienda utilizar hilo biodegradable para la guía de los cultivos en invernaderos. Es una apuesta por una agricultura más sostenible.
La agricultura almeriense es una de las más avanzadas del mundo. Esta provincia, una de las más secas del continente europeo, se ha transformado en la despensa de frutas y hortalizas para toda Europa, gracias a un modelo innovador, que ha apostado por la tecnología y que ha hecho de la producción intensiva bajo invernadero su seña de identidad más importante.
Sin embargo, en la situación actual todos estos valores no son suficientes si no se acompañan de una reducción de la huella ecológica de esta actividad. De ahí que en los últimos años se haya instalado una apuesta fuerte por la economía circular, para dar una salida sostenible a los desechos generados en la agricultura.
Los residuos se han convertido en un problema de gran envergadura para el sistema de producción agrícola almeriense, cuyas plantas de tratamiento no dan abasto en los picos de producción. Por ello, en el sector se instalado la necesidad de buscar una salida sostenible a esos restos vegetales, por ejemplo, mediante su transformación en compost y abono orgánico.
Pero, para que esta enmienda sea de calidad, debe estar libre de restos de productos no orgánicos, como la rafia, material muy empleado en los invernaderos, para atar las plantas a la techumbre, una técnica que se emplea en seis de los ocho cultivos principales de los invernaderos de Almería.
La rafia biodegradable es la alternativa
Un equipo de la Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad de Almería ha analizado la conveniencia de sustituir este material procedente del petróleo, por cordeles biodegradables, que se integren en el proceso de compostaje de los restos vegetales.
Esta investigación, liderada por Mónica Duque Acevedo, plantea que la rafia biodegradable plantea ventajas a la hora de su tratamiento ambiental, tanto desde el punto de vista ecológico como económico, en la medida en que la ausencia de materiales no biodegradables facilita el proceso de compostaje y mejora la calidad del producto final.
De esta manera, han comprobado los investigadores, que la rafia tradicional es bastante más barata. Sin embargo, su uso incrementa el coste del tratamiento ambiental de los restos vegetales (por ejemplo, con la separación de la rafia de los restos vegetales tiene un coste elevado). Además, el compost resultante de un compostaje en el que hay rafia no llega al nivel de calidad que presenta una enmienda totalmente orgánica, libre de restos de cualquier tipo de material plástico. Por lo que estos investigadores concluyen en la idoneidad de emplear hilos biodegradables.
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Al mismo tiempo, explican estos investigadores, las ayudas que ofrece la Junta de Andalucía para el uso de hilo biodegradable ayuda a equilibrar el sobrecoste que implica la utilización de este material más sostenible. Por lo que la producción de frutas y hortalizas bajo invernadero ganaría enteros en respeto medioambiental, un factor que se traduce en una mejora de la imagen de los productos de Almería en los mercados europeos, de donde recibe la mayor parte de la demanda.