La peste bovina es la plaga más temida del ganado, se trata de una enfermedad viral infecciosa capaz de destruir poblaciones completas de reses y de búfalos.
En regiones que dependen del ganado vacuno para obtener carne, productos lácteos y tracción animal, la peste bovina ha causado hambrunas generalizadas y graves daños económicos y políticos. En el decenio de 1890 una epidemia eliminó entre 80 y 90 por ciento del ganado en el Africa subsahariana. En fecha más reciente, se calcula el costo de otro brote de peste bovina que asoló gran parte de Africa entre 1982 y 1984 en 500 millones de dólares por lo menos.
La peste bovina se difunde sobre todo por contacto directo y por beber agua infectada por el excremento de animales enfermos. También se puede trasmitir a través del aliento y puede contagiar a animales salvajes y a los cerdos, además de al ganado vacuno.
Los síntomas clínicos comprenden: fiebre alta, manchas rojizas alrededor de los ojos, la nariz y la boca, con secreción; espuma en la boca; estreñimiento y diarrea. Pocos días después, el animal infectado muere.
Es posible prevenir la peste bovina mediante vacunas, pero se esparce fácilmente entre los rebaños que no han sido vacunados, a través del comercio ganadero y de las migraciones pastoriles.