Coronavirus bovino (BCoV) es reconocido como un importante agente patógeno del ganado bovino, el cual está asociado a tres síndromes clínicos diferentes, Síndrome diarreico neonatal del ternero, caracterizado en terneros recién nacidos por diarreas líquidas profusas, en ocasiones hemorrágicas, anorexia, deshidratación y frecuentemente la muerte; Disentería de Invierno, la cual ocurre primariamente en bovinos adultos y cursa con severas diarreas, algunas veces con restos de sangre y mucus, decrecimiento de la producción láctea, depresión, anorexia y descargas nasolagrimales; y finalmente como causa de infecciones respiratorias en vacas, incluida la Fiebre de Embarque.
En todos los casos el diagnóstico requiere de ensayos de laboratorio para la confirmación de BCoV, debido que resulta imposible su reconocimiento basado en elementos clínicos y anatomopatológicos por su similitud con otras enfermedades.
Hasta el momento todos los aislados de BCoV, tanto de cuadros entéricos como respiratorios pertenecen a un solo serotipo, pero con dos o tres subtipos identificados por seroneutralización empleando anticuerpos monoclonales. En adición, diferencias genéticas (por mutaciones puntuales, no delecciones) han sido detectadas en el gen S, diferenciando entre aislados entéricos y respiratorios.
No obstante, numerosos experimentos han demostrado la protección cruzada experimentada por terneros recién nacidos, privados de calostro y gnotobióticos, inoculados con aislados de BCoV obtenidos a partir de cuadros entéricos y respiratorios de terneros y bovinos adultos, los cuales resultaron protegidos al desafío subsiguiente con cepas de BCoV asociadas a diarrea.