Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Febrero de 2019.
Para el sector agrícola venezolano es una buena noticia que Pequiven haya anunciado la reactivación de la planta de producción de urea de Morón, para producir 50 toneladas de urea por hora. Suponiendo que dicha planta va a trabajar en promedio 16 horas por día, la producción diaria promedio sería de 800 toneladas de urea, que pudieran servir para abonar 3.200 hectáreas/día a razón de 250 kg de urea/ha, equivalente a una dosis de 115 kg de N/ha, suficiente para cubrir los requerimientos de la mayoría de los cultivos.
Si se baja la dosis de urea a 200 kg/ha, equivalente a 92 kg de N/ha, que sigue siendo una dosis aceptable aunque insuficiente para muchos sistemas suelo-planta, con esas 800 toneladas de urea que se producen diariamente se pudieran fertilizar 4.000 hectáreas/día.
En este caso, para abonar 2.000.000 de hectáreas se necesita la producción de urea durante 500 días. Para abonar 1.500.000 hectáreas con esa dosis de 200 kg/ha, se necesitaría la producción de urea durante 375 días, es decir, un poco más de un año y las siembras deben comenzar en la segunda quincena de abril, o sea, 60 días a partir de este momento.
Si lo analizamos desde otro punto de vista, podemos apreciar que con la producción de urea desde ahora (digamos 15 de febrero) hasta finales de mayo, cuando han transcurrido 105 días, se habría producido fertilizante para cubrir 420.000 hectáreas, que es quizás un tercio de lo que ya se debería haber sembrado por esa fecha. Todo esto, aplicando una dosis de N un poco baja en muchos casos, y
suponiendo que la planta trabaje a un buen ritmo y toda esa urea se destine al campo venezolano.
Lo que se quiere mostrar es que esas informaciones de 50 toneladas/hora impresionan a las personas que no conocen el proceso agrícola.
Esa información ha debido venir acompañada con una explicación, como por ejemplo “sabemos que esa es una cantidad de urea insuficiente en relación a nuestras necesidades, pero estamos trabajando para repotenciar y aumentar la producción de abonos nitrogenados en las otras plantas que tiene Pequiven”. Con una explicación como esa, por supuesto que la urea sigue siendo insuficiente, pero es una manifestación de sinceridad y de que al menos tienen idea de cuáles son las necesidades reales de los agricultores.
Es importante señalar, según la noticia difundida, que la señora María Eugenia Noroño indicó que “la mayor parte de esta producción de urea está dirigida al mercado nacional”. La otra parte, seguramente, es para regalarla a Cuba, Nicaragua y algunos de los pequeños países caribeños.
Otro detalle a considerar, es que para distribuir esa urea a las unidades de producción se debe ensacar. Éste es otro proceso que consume tiempo y requiere de ciertos materiales y equipos. Por ejemplo, se necesitan sacos con capacidad para 50 kg, por lo que desde ahora hasta finales de mayo se necesitarían más de 1.600.000 sacos. La pregunta es ¿Dónde están esos sacos?
Recordemos que hace un poco más de un año, se reportó que las plantas de olefinas y poliolefinas de Pequiven, no estaban trabajando porque no había suministro de propano y etano, que son las materias primas para producir propileno y etileno. La polimerización de estas olefinas permite producir poliolefinas, que son las fibras de polipropileno y polietileno, utilizadas, entre otras cosas, para fabricar los sacos que sirven de envase a los fertilizantes. Esta situación paralizó a las empresas fabricantes de sacos para los fertilizantes. Si este problema con las plantas de olefinas y poliolefinas no se ha solucionado, estamos ante otro obstáculo para que la urea llegue oportunamente y en buenas condiciones a las fincas de las diferentes regiones agrícolas del país.
Sería de interés nacional, que en unos 40 días, digamos alrededor del 25 de marzo, Pequiven informe sobre la marcha de la producción de urea y su distribución a las fincas venezolanas. Esperemos que con buenas noticias y para el éxito de nuestra agricultura, podamos gritar como lo hizo Arquímedes, ¡¡Eureka!!, lo hemos logrado.
Aunque eso sea una anormalidad para el régimen socialista del siglo XXI. Es bueno destacar que con esta información oficial, se está considerando solamente la producción de urea y el suministro de parte del nitrógeno requerido en nuestros campos agrícolas, cuando para un buen programa de fertilización se debe aplicar además fertilizantes a base de fósforo, potasio, calcio, magnesio, azufre, hierro, manganeso, cobre, zinc, boro y molibdeno. Los fosfatados también deberían ser producidos por Pequiven, y el resto de nutrientes con excepción del calcio, se deben importar para procesarlos en las plantas nacionales y producir fertilizantes complejos de los que se llaman popularmente fórmulas NPK. Es un trabajo enorme que va mucho más allá de esta información.
Esperemos….
Sin fertilizantes es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.
En Amazon está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor trato a los suelos y al ambiente en general, https:/www.amazon.com/dp/1973818078/
Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Febrero de 2019.