Julián Castro Marrero
La creación de una fundación para dar marco a la participación social en los programas de sanidad animal en Venezuela, es una iniciativa importante para el subsector pecuario, al dar oportunidad para que los programas de sanidad animal incrementen sus coberturas, geográfica y por número de propiedades y animales, movilizando recursos humanos, financieros y físicos, y creando un escenario de mayor aceptación para las medidas a aplicar.
En los estatutos de la fundación encontramos en sus miembros a FEDENAGA, CONFAGAN Y CONVECAR y «Como objeto: la fundación venezolana de servicios de salud animal es una institución que desarrolla actividades sin fines de lucro, cuyo objeto principal es impulsar y suministrar una amplia gama de servicios de salud y bienestar animal, especialmente dirigido a la prestación de servicios técnicos, biológicos y biotecnológicos que conduzcan a la prevención, diagnóstico,control y erradicación de enfermedades animales como la fiebre aftosa, en el marco de la normativa zoosanitaria vigente y en estricta correspondencia con los lineamientos políticos y planes del ejecutivo nacional».
Del mismo modo en sus actividades «Colaborar, cooperar, coordinar,planificar, ejecutar y hacer seguimiento a las actividades orientadas a la prevención, control y erradicación de enfermedades en los animales y en especial aquellas que den cumplimiento al programa de erradicación de la fiebre aftosa en el territorio de la República Bolivariana de Venezuela»
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Las experiencias en otros países, y el nuestro, con la utilización de la participación social como estrategia en los servicios de atención sanitaria animal han sido de eficaces resultados. Sin embargo, señalan que para que este tipo de participación se produzca, incremente y sea efectiva requiere del empoderamiento de los sujetos del servicio, que son los productores, transportistas, industriales y Médicos Veterinarios.
El empoderamiento crea una situación social, psicológica, política y cultural donde los individuos, sus grupos sociales y gremios son capaces de expresar sus necesidades y preocupaciones en materias como las vacunaciones, diagnósticos, control de tránsito, tratamientos, tarifas por servicio, dotación de biológicos, por citar algunas de las actividades que le atañen. Así como instaura condiciones para participar en el diseño de estrategias y tácticas para instrumentar los programas de sanidad animal, e incorporar sus iniciativas, sus conocimientos gerenciales o instrumentales en la ejecución de estos.
En la práctica, para operar la fundación es importante formalizar y legitimar un convenio o acuerdo con el INSAI, que permita su actuación legal-formal en el área de los programas sanitarios, y sus actividades sean reconocidas.
El convenio o acuerdo debe permitir definir objetivos estratégicos y prospectivos comunes, formular planes y metodologías de trabajo, promover la movilización de recursos humanos y financieros, establecer mutuas e ineludibles responsabilidades y mecanismos de evaluación y cobro de responsabilidades de cada parte participante.
Es conveniente ampliar la participación en ese convenio o acuerdo propuesto, incluyendo a otros entes involucrados en el contexto de la sanidad animal como la Federación de Colegios de Médicos Veterinarios, AVISA, ASOFRIGO, AICAR, FEPORCINA y Facultades de Ciencias Veterinarias.
Ya que llevar los programas de sanidad animal con una estrategia de participación exige amplitud en la incorporación de los actores sociales. Así como, trae consigo sacrificios personales y políticos, y deponer intereses particulares en función del colectivo.
La discriminación no tiene cabida, no puede haber una participación dirigida hacia determinados grupos de intereses. Ya que produce bajas en la cobertura geográfica, de población y de atención de problemas o necesidades sentidas, haciéndola ineficiente.
Hay que tener en cuenta en la dinámica de las actividades programadas que la participación debe ser abierta, y sujeta en su concepción a cambios constantes, que la lectura del acontecer diario aconseje y demande, es decir leer el entorno.
La participación social en la atención sanitaria animal demanda de la creación de una organización o adecuación de la existente para poder operar. En el sector oficial para dejar hacer y llevar su papel normativo y supervisor. En el sector privado para ejecutar en el campo y la ciudad. A este le tocará inicialmente montar esa estructura operativa y habilitar una amplia capacidad de frío.
A nivel local, las asociaciones de ganaderos en Venezuela, desde inicio de este siglo, tienen experiencias en este tipo de participación, con resultados positivos, que pueden y deben ser aprovechadas.
Disponer de un programa oficial para cada enfermedad a combatir es vital para orientar las acciones y optimizar la utilización de los recursos, definir las etapas a cumplir, sus actividades, metas y presupuestos necesarios, evitando desviaciones y haciendo eficaz la gestión técnica y administrativa.
Por otra parte, es esta una linda oportunidad para actualizar las estrategias institucionales y sanitarias de los programas sanitarios oficiales existentes.
La utilización de programas horizontales, la descentralización y el desarrollo local constituyen un campo fértil para que crezca la participación, al no centralizar las decisiones sobre: los asuntos a atender, las tácticas, operaciones y la asignación y movilización de recursos.
Vista la situación país en el subsector pecuario, la siempre vigente necesidad de cumplir con los programas sanitarios, los compromisos internacionales contraídos y aprovechando la coyuntura de la creación de la Fundación, se identifica la necesidad de dar celeridad a la puesta en marcha de las acciones que lleven a la nación a disponer de una atención sanitaria animal con amplia participación social.
La salud del rebaño nacional nos llama a apoyar masivamente esta iniciativa, con las sugerencias o aportes de todos, pero apoyando para su consolidación.