El consumo cárnico en Venezuela

Artículo de opinión escrito por: Pedro E. Piñate / ppinate@gmail.com

Como dato de interés la mayor parte del consumo de carnes en Venezuela es sustentado por el esfuerzo titánico de nuestros productores, la mayoría sin financiamiento bancario comercial u oficial

En un país en la debacle como Venezuela, causa de ella es la falta definitiva de estadísticas e informes oficiales confiables. En el caso de la agricultura y la alimentación, los ministros y ministerios del ramo, no se ocupan como deben de ello, mientras el reclamo ciudadano por información veraz y oportuna, nunca es atendido. Por suerte el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) si se ocupa de ello en su interés como potencia agro exportadora que alimenta al mundo. Como fuente confiable de información estadística agroalimentaria, ejemplariza reciente en octubre 5, 2023, con la publicación del Informe Anual de Ganadería y Productos de Venezuela (GAIN Report Number: VE2023-0016), de distribución pública.

En el Informe, presenta las últimas estadísticas de producción, importación, precios y consumo de carne, pollo y cerdo de Venezuela, información de los más relevante por orientadora del sector productor y consumidor. También del Estado a quién la agricultura y la alimentación deber ocupar más a decir del hambre y desnutrición de la población mayoritariamente empobrecida, como de las espaldas que da a los productores del campo mientras a la agricultura de puertos e importadores privilegia.

Siendo que el consumo de carne de aves de corral predomina entre la población, es interesante conocer el pronóstico USDA del consumo per cápita de carne de aves de corral, que 2023 alcanzará los 18,2 kg, un aumento del 4 % a partir de 2022. “El consumo tocó fondo en 2018 (7,3 kg) pero con importantes mejora del mercado cinco años después. La recuperación del consumo se debe al aumento de suministro interno, mayor poder adquisitivo y precios competitivos en comparación con otros carnes. En el caso de las aves de corral, el índice de consumo de Venezuela consiste en un 80 por ciento de pollo entero y 20 por ciento para cortes (es decir, pechuga, pierna y cuartos, y alas).

En cuanto a la carne de res, está sigue al pollo en la preferencia de consumo del venezolano y el pronóstico USDA para 2023 del consumo per cápita en 2023 es de 10,3 kg, “prácticamente sin cambios respecto al año pasado. Aunque la producción local se ha mantenido relativamente estable desde 2021, la migración masiva de la población está influyendo en un modesto crecimiento de la disponibilidad carne vacuna.” Como sea que está observación obliga una gran reflexión, se pregunta uno cómo sería la situación del consumo y la oferta de carne sin los 8 millones de compatriotas no hubiesen emigrado y hubiesen permanecido en el país.

Al respecto es orientador el reporte: “El consumo de carne de vacuno alcanzó su punto máximo en 2010, cuando alcanzó los 28,2 kg por persona, pero comenzó a disminuir significativamente a partir de 2013, mientras que alcanzando un mínimo histórico en 2018 (8,8 kg/persona). La pérdida acelerada de poder adquisitivo ha sido el factor principal en la reducción del consumo de carne vacuna.”

En cuanto al consumo de carne de cerdo per cápita para 2023, el informe USDA pronostica en 1,2 kg, “casi sin cambios con respecto al año pasado, y no se espera una recuperación significativa a corto plazo.. Aunque el crecimiento de la producción y las importaciones ha sido débil desde 2019, la reducción de la población venezolana está influyendo en un ligero crecimiento en la disponibilidad media de productos. El consumo de carne de cerdo alcanzó su punto máximo en 2008 con 8,1 kg por persona. La principal restricción para el crecimiento del consumo de carne de cerdo sigue siendo el alto precio en relación con el pollo y la carne de res.”

Como dato de interés la mayor parte del consumo de carnes en Venezuela es sustentado por el esfuerzo titánico de nuestros productores, la mayoría sin financiamiento bancario comercial u oficial, mientras enfrentan permanentemente el alza de insumos y costos en un un mercado de consumidores sin mayor poder adquisitivo. Así por ejemplo la importación de carne de res para 2023 pronostica el USDA en 1.000 toneladas métricas (TM) vs 272.519 TM de producción nacional; la importación de carne de aves es de 14.400 TM vs 469.262 TM de producción nacional; y la importación de carne de cerdo de 1.368 TM vs 31.000 TM de producción nacional.

Por todo esto, nuestro sector cárnico agroalimentario es merecedor del mayor respaldo, tanto del Estado cumpliendo su deber, como de los consumidores prefiriendo siempre las carnes y sus productos nacionales.

Vía: El Universal