Basta de sugerir al régimen ideas para la producción agrícola

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Pedro Raúl Solórzano Peraza

 Desde hace años, muchos venezolanos hemos tratado de colaborar en la recuperación de nuestra alicaída agricultura del socialismo del siglo XXI, por medio de recomendaciones surgidas de nuestras experiencias, y por medio de recomendaciones de personas de reconocido prestigio nacional e internacional, preocupados por la progresiva y persistente destrucción de la producción agrícola, y por la creciente hambruna que se va apoderando de la mayor parte de la población. Permanentemente han sido palabras que han caído en el vacío, porque los objetivos del régimen están lejos de querer mejorar la situación del campo, al igual que están muy lejos de querer recuperar la salud, la educación, en fin, todas las actividades productivas, y la economía y el bienestar de la población en general. Ante tanta incuria oficial, ya basta de perder el tiempo y más bien voy a recomendar algo a los agricultores, cuya actividad productiva es sembrar y cosechar para llevar alimentos a las mesas de los venezolanos, pero que tiene que arrojar balances favorables, porque ésa es su fuente de ingresos para cubrir el resto de sus necesidades como ciudadanos de este país.

Por los diferentes medios de información estamos recibiendo la noticia de la ausencia de fertilizantes ante la proximidad del inicio de las siembras de secano, que generalmente es a mediados de este mes de abril, comenzando hacia el occidente del estado Barinas. He visto con preocupación que se comenta “sembraremos sin fertilizantes o con dosis muy bajas para poder cubrir la superficie disponible”, o “esperaremos por el fertilizante para poder sembrar con las dosis adecuadas”, y así, siempre las mismas esperanzas del agricultor que no puede dejar de lado esta apasionante e imprescindible actividad.

El problema es que esas decisiones de los ejemplos indicados pueden ser el inicio de la quiebra del agricultor. Esas son las mismas decisiones que tradicionalmente han llevado al fracaso a los programas agrícolas oficiales, cuando no les importa sembrar sin las dosis de fertilizantes adecuadas o en fechas de siembra que no son las más convenientes, pero el criterio es “tenemos que hacerlo porque ésa es la orden que viene de los superiores”. Cuando pienso en esto no puedo olvidar la respuesta de un alto gerente del famoso Centro Agroindustrial Abreu e Lima en el estado Anzoátegui, que al sugerirle que no continuara las siembras de soya porque estaban pasando las lluvias y los rendimientos serían muy bajos, su respuesta fue “es una orden del comandante” y entre otras cosas, el pobre resultado obtenido ha sido una de las causas de la ruina en que ha quedado este otro sumidero de millones de dólares del socialismo del siglo XXI.

¿Qué pasaría si se siembra sin fertilizantes o con dosis por debajo de lo recomendable? En el mejor de los casos, si se utilizan suelos ricos (que son muy escasos en la actualidad) o que se han enriquecido en nutrientes por los continuos abonamientos realizados, y se puede aplicar al menos dosis adecuadas de nitrógeno, los resultados pudieran ser aceptables. En la mayoría de los casos los suelos van a tener pobre suministro para las plantas de fósforo o de potasio, o de ambos y de otros más, y eso va a determinar rendimientos por debajo de lo normal, que seguramente van a estar por debajo del punto de equilibrio, arrojando pérdidas en la operación. El problema es que lo que usted ahorra al no aplicar fertilizantes o aplicar subdosis, no compensa lo que usted invierte en semillas, plaguicidas, mecanización, mano de obra, intereses y otros gastos imprevistos. Por eso, lo recomendable es que si no tiene fertilizante y no cuenta con esos suelos ricos, no siembre; y si dispone de 10% del fertilizante requerido para sembrar la superficie disponible, limítese a sembrar solo el 10% de esa área para que pueda obtener beneficios de la actividad.

¿Qué pasaría si espera a que llegue el fertilizante para poder aplicar las dosis requeridas? En primer lugar, lo más probable es que no llegue suficiente fertilizante porque eso incluye un proceso que lleva tiempo al ser un producto importado. Si usted va a sembrar maíz y llega el fertilizante con retraso de un par de meses, usted va a sembrar en fecha no adecuada para este cultivo, ya que lo que resta del ciclo de lluvias no será suficiente para cubrir los requerimientos hídricos de esta especie y los rendimientos van a ser muy bajos, causando pérdidas en la operación. Una opción es cambiar de cultivo (adaptar la planta al ambiente), esperar hasta el año siguiente por un nuevo ciclo de lluvias, o si fuese el caso, esperar el ciclo de norte-verano (caso de la mayor parte de los llanos occidentales y sectores de Monagas y otras regiones del país con ciclos de lluvias bimodales), para sembrar cultivos adaptados a estas condiciones tales como sorgo granífero, ajonjolí, girasol, y hasta frijol.

Personalmente, y ya lo he analizado con anterioridad, considero que va a ser difícil que a estas alturas del año se pueda disponer oportunamente de suficiente fertilizante y otros insumos para las siembras de secano. La agricultura está sin recursos así como están las farmacias, las escuelas, los hospitales, los mercados de alimentos, así como el pueblo venezolano está en total abandono por parte del gobierno, ya que ese es su objetivo para mantener humillado y controlado al pueblo, que indefenso huye, corre, emigra, muere.

Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.

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