Minuta Agropecuaria.-
Al igual que los cereales, el cultivo de las hortalizas como el ajo se ha visto afectado por la falta de entrega de semillas por parte del Gobierno Nacional, lo que ha acarreado que los productores en su necesidad de mantener la producción -por ser un cultivo de alta rentabilidad y de mercado seguro- utilicen semilla rezagada.
En Venezuela la producción de ajo presenta grandes riesgos, ya que existen limitantes como el uso de semilla contaminada con plagas y enfermedades. Según Gerson Pabón directivo de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), desde hace más de 10 años no ingresa al país semilla de ajo, por lo que no hay en el mercado semillas certificadas y garantizadas.
«Por esa causa, normalmente las tierras ya están contaminadas principalmente en los Andes, por un hongo conocido como «cachera» causante de pudrición blanca en el cuello del ajo. (…) existen productos biológicos y químicos que los productores deben aplicar para controlar la enfermedad», dijo.
Otro de los problemas es que si la tierra está contaminada, también puede afectar la producción de cebollín, cebolla, ajoporro, entre otros cultivos.
A pesar de la limitante, esta hortaliza representa un renglón de gran importancia en el sector agrícola vegetal en Venezuela, específicamente en la región andina. Las zonas de mayor producción de ajo se encuentran en los estados Mérida, Trujillo y Táchira con una superficie estimada de 500 hectáreas.
Para el año 2012, según el Ministerio de Agricultura y Tierras, (MAT), se produjeron 20 mil toneladas y para el 2015 solo 16 mil TN anuales.