Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Noviembre de 2018.
Para el día después, que será el primer día de un nuevo período democrático para Venezuela, se debe tener un plan de acción para recuperar los sectores productivos del país. Uno de ellos es la agricultura, donde hay que considerar muchos aspectos, y en esta oportunidad trataremos el suministro de fertilizantes especiales (hidrosolubles y de aplicación foliar) para los programas de producción agrícola.
Fertilizantes especiales: hidrosolubles y de aplicación foliar.
-Fertilizantes especiales: además de los fertilizantes convencionales, de aplicación edáfica directa, que son manejados en la actualidad por los organismos oficiales, existen otros tipos de fertilizantes que hasta los momentos, en su gran mayoría, han sido manejados por particulares en cuanto a su producción, importación previa autorización oficial, y comercialización. Estos productos los identificamos como fertilizantes especiales ya que tienen unas características de solubilidad muy particulares, son hidrosolubles, libres de cloruros y de calcio, y se aplican por medio de uno de los métodos de fertilización más eficiente como es la “fertirrigación”. Además de estos productos hidrosolubles, existe otro grupo de fertilizantes especiales, que son aquellos específicamente elaborados para aplicación foliar, es decir, para asperjarlos sobre el follaje de las plantas que luego los absorben translaminarmente o a través de los estomas de las hojas.
La demanda por estos productos hidrosolubles va en franco ascenso en la medida que en el país aumentan los sistemas de riego localizado y sus áreas servidas, ya que bajo este manejo es fundamental la fertirrigación. Sin embargo, en muchas oportunidades la oferta de estos fertilizantes no ha estado a la altura de la demanda, ya que siendo en su mayoría productos importados, se confrontan problemas de suministro de divisas que retardan o entorpecen, de alguna manera, la disponibilidad oportuna de estos fertilizantes.
En la industria nacional de fertilizantes, por medio de la empresa mixta Tripoliven, C.A., donde por supuesto interviene Pequiven, se produce un fertilizante hidrosoluble de excelente calidad que es la urea-fosfato, el cual se expende con el nombre comercial de Urfos 44 y contiene 17% de N-ureico y 44% de P2O5. Buena parte de este producto se exporta y se utiliza también en alimentación animal. Esta empresa ha producido en algunas ocasiones, un fosfato monoamónico hidrosoluble y algunas fórmulas N-P-K para fertirrigación.
Pequiven también forma parte de una empresa mixta que opera en la República de Colombia, identificada como Monómeros Colombo-Venezolanos, la cual produce algunos fertilizantes hidrosolubles expendidos bajo el nombre Nutrimón, de los cuales en Venezuela se comercializa el Nutrimón 13-03-43, que ha sido muy utilizado en los programas de fertirrigación a nivel nacional.
Ciertas empresas han comenzado a mezclar fuentes hidrosolubles simples para producir algunas fórmulas completas N-P-K, enriquecidas con micronutrientes, para ser aplicadas en fertirrigación.
La fertilización foliar, por su parte, es un método para suministrar nutrientes a las plantas de una manera muy directa, y ha ido aumentando en la medida en que los productores han comprobado las bondades de esta práctica. Además, porque en el mercado nacional, en años recientes, ha existido una variada gama de productos de este tipo, muchos de los cuales son de excelente calidad. Destaca en este caso la aplicación foliar de micronutrientes, ya que se requiere aplicar pequeñas cantidades de estos elementos nutritivos en base a los requerimientos de los cultivos, que muy bien pueden ser totalmente cubiertos y mejor dosificados con las soluciones que se preparan para la aspersión sobre el follaje de las plantas, que cuando se intentan aplicar como fertilizantes de aplicación edáfica convencional.
En el país existen algunas empresas químicas y otras dedicadas a la nutrición, que importan fuentes de oligoelementos o micronutrientes, tales como sulfatos de hierro, zinc, manganeso y cobre de alta solubilidad; ácido bórico y molibdato de amonio o de sodio, con los cuales se cubre todo el espectro de los micronutrientes esenciales para las plantas, con excepción del cloro que abunda en la naturaleza y generalmente no se contempla en los programas de fertilización de cultivos.
Algunos particulares han formulado ciertos productos para fertilización foliar, la mayoría de ellos con materia prima importada y elaborados mezclando los nutrientes con aminoácidos, extractos de algas, y otros derivados orgánicos, que pueden mejorar la fisiología de las plantas y coadyuvan al aprovechamiento de esos nutrientes aplicados por vía foliar, al favorecer su absorción y transporte dentro del vegetal.
En conclusión, con estos fertilizantes especiales, hidrosolubles y de aplicación foliar, se debe facilitar la importación, tanto de productos terminados como de materia prima, por medio de las empresas que tradicionalmente lo han hecho, suministrándoles divisas suficientes y de manera oportuna para realizar esas importaciones. Así mismo, apoyar a los empresarios nacionales que puedan producir algunos de estos fertilizantes en el país, utilizando parcialmente materias primas de origen nacional, para que aumente la actividad de la agroindustria y se inviertan menos divisas en el suministro de este tipo de fertilizantes.
Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Noviembre de 2018.