Ing. Agr. M. Sc. Werner Gutiérrez Ferrer
Ex Decano de la Facultad de Agronomía de LUZ
@WernerGutierrez
Durante entrevista del pasado mes de enero, Wilmar Castro Soteldo, Ministro del poder popular para la agricultura productiva y tierras aseguró «Hemos hecho esfuerzos extraordinarios…Venezuela cuenta con soberanía en la producción de semillas de papa… y tenemos importantes avances en hortalizas». No obstante, la magnitud de la tragedia que se respira en las zonas productoras de papa en los estados Carabobo, Lara y la región andina dista mucho de la fantasía que nos describe el ministro.
Para el rubro hortalizas, raíces y tubérculos se estima que en la actualidad en el país sólo se siembra el 25.0 % de las 230.000 hectáreas tradicionalmente establecidas, por disponer tan sólo del 3.0 % de la semilla necesaria. Específicamente en papa, hemos caído de una superficie promedio por sobre las 30.000 hectáreas anuales entre los años 2011 y 2015, a entre 4.000 a 6.000 hectáreas en el 2017.
En lo que va de 2018 según la información suministrada por Fedeagro a través de Gerson Pabón ya culminado el ciclo de siembra en Chirgua, estado Carabobo, y en las zonas altas de Lara, estas regiones no lograrán aportar ni el 5.0 % de la producción tradicionalmente obtenida, como consecuencia que el suministro de semillas es casi nulo considerando que desde 2014 estos productores no cuentan con la semilla certificada. El gobierno nacional ni les adjudicó divisas para su importación, ni Agropatria, la empresa estatal de agroinsumos, le da respuesta a sus
necesidades.
Se estima entonces que ante la crítica situación de escasez de semillas, fertilizantes y agroquímicos en el mercado nacional el déficit del tubérculo podría alcanzar el 85.0 % al cierre del 2018, es decir, no hay papa para tanta gente. En estudio realizado en los mercados de la ciudad de Caracas se reportó que presentó un incremento en su precio de 400% en el lapso diciembre 2017 a marzo del presente año, pasando de 48.000 a 240.000 bolívares por kilogramo.
Ante la disminución significativa que se espera en la superficie de siembra para el 2018, cobra fuerza la advertencia de Fedeagro que a mediados de año el precio del tubérculo podría escalar a 600.000 bolívares a nivel del consumidor final debido a la demanda insatisfecha, y a los altos costos de producción que soportan los pocos productores que apelando al mercado informal de agroinsumos se resisten a abandonar el rubro. Para ellos el costo de producción de una hectárea de papa paso de 68.0 a 480.0 millones de bolívares de octubre pasado al presente, toda vez que solamente para la adquisición de los 40 sacos de semilla deben invertir 280.0 millones de bolívares, considerando que la poca semilla de calidad a la cual tienen acceso es proveniente de Colombia, introducida a través de los «caminos verdes».
Estamos a tiempo de lograr un escenario medianamente favorable de entre 12.000 a 15.000 hectáreas de papa en lo que resta del año, principalmente en tierras andinas, y de permitirle a las zonas de Lara y Carabobo planificar el ciclo de siembra de finales de año con optimismo iniciando el 2019 con una mayor superficie establecida del cultivo. Para las 15.000 hectáreas se necesita darle al sector agroproductor privado la oportunidad de adquirir 600.000 sacos de semilla de calidad de 50 kilogramos y 6.750 toneladas de fertilizantes, mas los agroquímicos específicos del cultivo.
El gobierno tiene la opción de corregir el rumbo, apartándose del actual modelo fracasado y permitirnos el comenzar a transitar la recuperación del rubro para retomar la producción alcanzada sobre las 600.000 toneladas en el 2014, con rendimiento del tubérculo por hectárea de 19.000 kilogramos, que nos ubicó, entre los tres países con mayores rendimientos de papa por unidad de superficie del mundo.