Ing. Agr. Saúl E. López M.
Presidente
Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y afines.
La nueva institucionalidad en el sector rural bajo el nuevo escenario mundial debe caracterizarse por la búsqueda de una armonía entre las políticas sectoriales (agrícolas y rurales) y las macroeconómicas. Es claro que el desarrollo rural no se logra solo con políticas agropecuarias, y por lo tanto se necesita pensar y actuar desde una perspectiva sistémica.
Se deben asumir a las instituciones como estructuras que tienen su propia vida, lógica y desarrollo. En lo que la agricultura como globalidad se refiere, aspecto toca a las instituciones cuya función es aumentar la productividad y la eficiencia, bajar los costos de transacción, favorecer la certidumbre y fomentar el intercambio, especialmente en el contexto de globalización.
En Venezuela el entramado institucional está totalmente fragmentado y excesivamente burocratizado, hay 6 ministerios relacionados con toma de decisiones en el ámbito agroalimentario y más de 250 empresas. Al hacer un análisis comparativo de los ministerios de agricultura o agroindustria de Suramérica es evidente que existe una planificación y gestiónestratégica dónde hay planes de acción que se ejecutan y evalúan para hacer mejorar en el organigrama institucional. Brasil es la única excepción que cuenta con 2 ministerios, una para agronegocios y otro de desarrollo rural para atención a los pequeños y medianos productores.
Nuestra propuesta es tener un solo ente rector de las políticas agroalimentarias del país con un Ministerio de Desarrollo Agroalimentario que promueva tantos los agronegocios como la agricultura familiar. Los entes claves serán el Banco de Desarrollo Agroalimentario (segundo nivel) y la Agencia de Desarrollo Agroalimentaria, que tendrá como objetivo busca fortalecer el dialogo con la comunidad internacional y los organismos cooperantes, responder a las prioridades del sector rural y prevenir la duplicidad de esfuerzos y dispersión de acciones en los territorios.
Además, la Agencia deberá incluir una Unidad de Políticas Públicas Agroalimentarias, en el que se formulen y evalúen la efectivad, usando la metodología que establecen los organismos multilaterales, tal como el Estimado de Apoyos Totales (EAT) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En resumen, la Agencia de Desarrollo Agroalimentaria debe convertirse en el ente técnico que suministre información para los tomadores de decisiones y bajo una planificación y gestión estratégica contar con una administración pública eficiente, menos burocrática y transparente.
A pesar de la crisis nuestro país cuenta con un extraordinario talento humano, con experiencias a nivel nacional e internacional y sobre todo dispuestos a trabajar por la construcción de un mejor país y sobre todo por un desarrollo agroalimentario sostenible.