Por Mireya Mireya Moya
Hay caminos difíciles y los agricultores buscando nuevas oportunidades. En eso se convirtió el frijol «esmeralda», sembrado en campos de Portuguesa, cuidado por las manos de productores venezolanos y cosechado en estas tierras, de donde sale con destino a otros países del mundo. como Indonesia, Vietnam e Italia.
La oportunidad de tener una nueva ventana al mundo, se consolidó hace más de un año, con la primera exportación del frijol chino directamente desde el municipio Turén, bajo la figura de una asociación de agricultores que tiene como norte resaltar y destacarse con un producto premium.
«Lo difícil fue destacarse para poder entrar en el mundo de la exportación, pero lo hicimos con el frijol esmeralda. Iniciamos buscando una semilla criolla que se adaptara a nuestros campos, con buen rendimiento y muy buen color. Es atractivo el color del frijol venezolano, por eso aprovechamos esa bondad y empezamos a cultivar lo mejor», comentó Laila Nahit, agricultora y miembro de la Asociación de Productores de la Colonia Agrícola de Turén (Aproca).
Sembrar lo mejor
Abrirse camino sobre otras empresas exportadoras no fue fácil y lo hicieron con un frijol «premium».
«Comprendimos que es un sistema que va de la mano del agricultor, la tierra, y desde ese mismo momento que el productor decide sembrarlo, con la esperanza de que su producto se va a vender», dijo.
“Nos esmeramos que salga bien en color, que las plagas no le afecten para seguir destacando en la exportación. Es un camino de paciencia y constancia. Es llevar el nombre de nuestro país en alto con un producto de calidad y que sale de cada mano del productor venezolano que, en su mayoría, tiene raíces inmigrantes y con generaciones que continúan trabajando por el país», expresó.
La cosecha que se realiza entre los meses de febrero y marzo, es entregada en una pequeña planta con una capacidad de 2 millones de kilos. Luego, pasa a un proceso de pruebas y análisis, para finalmente clasificar el mejor grano, según las características exigidas por cada proveedor.
«Para el mundo de la exportación, hay que tener paciencia. En Aproca lo hemos logrado con muchos sacrificios, pero la satisfacción es enorme».
La producción del frijol chino sigue siendo un reto para las asociaciones que trabajan con financiamiento propio. Aproca maneja una superficie de 3 mil hectáreas en cada ciclo, con rendimientos generales de 1.000 toneladas por ha.
«Creamos el frijol esmeralda con la esperanza de defenderlo desde el primer día que lo sembramos hasta que llega a su destino. Llevar toda la cadena de valor en el hombro y esperar conocer el destino a la que llega esa producción, es algo importante y necesario para el crecimiento del país», enfatizó.