Pedro Raúl Solórzano Peraza
Abril de 2018
El concepto de agricultura conservacionista puede ser muy amplio e incluir múltiples modalidades de prácticas aplicadas a la producción agrícola. Dos de estas prácticas son conocidas por la gran mayoría de los agricultores: la primera, la siembra con cero labranza, mínima labranza, labranza reducida o siembra directa, que es el término con el cual han popularizado esta manera de sembrar, con una mínima o ninguna alteración del suelo; y la segunda, la rotación de cultivos, que considera la siembra alternada de especies con diferentes hábitos de crecimiento y diversos requerimientos, para lograr campos más sanos, mejor reciclaje de nutrientes y en fin, una mejor exploración del suelo por parte de las raíces de las plantas.
La cero labranza del suelo o siembra directa, ha tomado mucho auge por una serie de razones, siendo la más importante, en mi opinión, el gran ahorro que se obtiene en mecanización, y hoy en día es común ver en las diferentes regiones agrícolas del país que muchos terrenos se siembran de esta manera. Sin embargo, la rotación de cultivos ha sido difícil de popularizar en el ambiente agrícola venezolano, y una de las razones más importantes ha sido la falta de un cultivo que permita los beneficios de la rotación, pero que al mismo tiempo sea un cultivo rentable.
Combinando la cero labranza del suelo y un acertado plan de rotación de cultivos con otras prácticas conservacionistas como siembras en hileras perpendiculares a las pendientes, siembra de cultivos de cobertura, cultivos asociados, construcción de drenajes, etc., se logran grandes beneficios como los siguientes:
-Incremento de la infiltración, con lo cual se eleva el porcentaje de agua aprovechable para los cultivos, se disminuye la escorrentía protegiendo al suelo de riesgos de erosión hídrica y de acumulación de excesos de agua en algunos lugares de los campos.
-Protección contra la erosión eólica, que puede ser muy acentuada en algunas regiones agrícolas del país durante ciertas épocas del año.
-Protección del suelo contra el impacto de las gotas de lluvia, las cuales al caer sobre el suelo desnudo son capaces de dispersar las diferentes partículas de la fase sólida promoviendo el sellado superficial. Eso a la vez, conduce a disminución de la infiltración, mal aprovechamiento del agua de lluvias, e incremento de la escorrentía o del encharcamiento dependiendo de las pendientes del terreno.
-Se mejora el ambiente y los recursos para la parte viva del suelo, que son consecuencia de un incremento progresivo del contenido de materia orgánica, tan importante por sus beneficios sobre la estabilidad de la estructura, porosidad,
relaciones agua-aire, retención de humedad, quelatación y protección de nutrientes, entre otros.
-Al sembrar cultivos con diferentes hábitos de crecimiento y variados requerimientos nutritivos, se evita el drástico empobrecimiento del suelo; se disminuye progresivamente la presión de determinadas malezas, porque cada cultivo en una rotación va a tolerar diferentes tipos de control químico, que a la larga va a disminuir la cantidad de herbicidas aplicados; se disminuyen los controles químicos de insectos plaga y de algunas enfermedades, ya que al sembrar en forma alterna especies diferentes, se van rompiendo los ciclos biológicos de
insectos y patógenos.
-En relación a la fertilización de los cultivos, hay dos aspectos fundamentales. Uno referido a la disminución en la aplicación de fertilizantes nitrogenados cuando en una rotación se incluye una especie leguminosa, que va a incrementar los niveles de este nutriente en el suelo y puede ser utilizado por el cultivo sucesivo. El otro aspecto se refiere a que al alternar especies con diferentes hábitos de crecimiento radical, se exploran diferentes secciones del perfil del suelo y los nutrientes que se van acumulando en los tejidos, al morir e incorporarse a la materia orgánica del suelo, representan un reciclaje de nutrientes de todo el perfil que se van acumulando en la capa arable y las necesidades de fertilizantes se hacen menores para cubrir los requerimientos de los cultivos.
-Las especies de plantas que se incluyen en un programa de rotación de cultivos, van a excretar diferentes tipos de metabolitos a través de sus raíces, creando ambientes muy particulares a nivel de la rizósfera, lo que diversifica las poblaciones de microorganismos benéficos y promueve la disolución y aprovechamiento de una variada gama de nutrientes.
En Venezuela, en la actualidad, con el nuevo impulso que tiene la soya por parte de los agricultores, se va a poder contar con un excelente cultivo para programas de rotación con cereales, ya que necesitamos sembrar más de 500.000 hectáreas para acercarnos a cubrir nuestros requerimientos actuales de este grano. La soya es una leguminosa, con la cual además, se ha desarrollado una amplia investigación que ha permitido que sea uno de los cultivos con mayor capacidad de fijación de nitrógeno atmosférico, y se ha comprobado el efecto favorable de este nitrógeno acumulado en el suelo sobre los rendimientos de sucesivos cultivos de cereales.
Con la rotación de cultivos, además, se ofrece mayor diversidad de alimentos a la población.
Sin fertilizantes es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población. En Amazon está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor trato a los suelos y al ambiente en general, https:/www.amazon.com/dp/1973818078/