Ing. Agr. M. Sc. Werner Gutiérrez Ferrer
Ex Decano de la Facultad de Agronomía
@WernerGutierrez
En diciembre advertía la imposibilidad del gobierno de dar respuesta a las necesidades alimenticias del venezolano para el presente mes de enero, considerando la caída en los inventarios, por la marcada disminución tanto de la producción nacional, como de las importaciones. Ante ese escenario, acostumbrados como nos tienen a nunca reconocer que la tragedia que soportamos es originada por la aplicación del fracasado e ineficiente modelo económico – agrícola del Socialismo del siglo XXI, eran previsibles, y así lo manifesté en aquel momento, sus ridículas “gestas gloriosas contra la guerra económica” como las emprendidas el pasado viernes por la Superintendencia nacional para la defensa de los derechos socioeconómicos contra las cadenas de supermercados, obligándolos a bajar los precios de los productos.
Tan absurdas medidas están generando mayores distorsiones en el circuito agroalimentario nacional que agravará la ya alarmante situación de la población. Las cadenas de supermercados y abastos han detenido los pedidos a proveedores de productos lácteos, cárnicos, vegetales y hortalizas, insisten que no pueden comprar mercancía a un precio y venderla por debajo. Aguas arriba se está originando entonces una merma importante en el procesamiento de la agroindustria, sacrificio de reses, cerdos y aves, así como, del transporte de frutas y hortalizas hacia los centros de consumo, reportándose ya inconvenientes para la colocación por parte del sector productor primario de leche, así como de cerdos y reses para el sacrifico. Cómo responderá el gobierno? en los personal, como lo advertí en el pasado mes de diciembre, considero que actuará nuevamente con su política de “tierra arrasada” pero ahora dirigida a frigoríficos, queseras, fincas y granjas. Lo responsable ante el país, es advertir que lo peor no ha llegado, en uno o dos meses se habrá acabado lo poco cosechado en el pasado ciclo de invierno, adicionalmente, las perspectivas para el 2018, son menos alentadoras. Estando a escasos 90 días de iniciar el próximo ciclo de siembra, los agricultores no han recibido los agroinsumos, y semillas, no hay en el país.
En Venezuela, aun cuando parece que “ya no podemos con mucho más”, no es difícil anticipar que se acentuará el hambre y la desnutrición, generando mayor dependencia de quien intencionalmente nos somete a la limosna y chantaje. Después de 18 años de destrucción, se multiplican los rostros famélicos con la tristeza como maquillaje, fiel reflejo de almas resignadas, abandonadas a ratos por la dignidad humana. Presenciamos, ya sin asombro, el incremento de acciones violentas, guiadas por los más primitivos instintos. Urge un cambio de rumbo, un gran acuerdo nacional, conducido por la amplia reserva moral que hoy luce dispersa. El hambre de nuestro pueblo nos obliga a colocar al servicio de los intereses nacionales los mejores talentos. La indiferencia, no es una opción.