Ing. Agr. M. Sc. Werner Gutiérrez Ferrer
Ex Decano de la Facultad de Agronomía de LUZ
@WernerGutierrez
En Venezuela es indispensable se reconozca que “el principio del mal” radica en el modelo aplicado durante los últimos veinte años, y en la impericia de quienes manejan las políticas del país. La magnitud de la crisis humanitaria originada por la inaccesibilidad a los alimentos reclama decisiones urgentes partiendo de la conformación de equipos multi e interdisciplinarios para mediante la implementación de medidas adecuadas, con la ayuda de los organismos internacionales, ver efectos positivos en el corto, y mediano plazo.
No obstante, pese a condenar al sector agropecuario a una crisis jamás padecida, retrotrayéndonos a los niveles de producción de alimentos de la década de los años 80, seguimos en presencia de un gobierno completamente desconectado de la realidad, atrincherado en absurdas e irracionales posiciones ideológicas, guiados por los desatinos y falsedades de quienes dirigen la cartera agrícola nacional.
Esta semana el Ministro del poder popular para la agricultura productiva y tierras (MPPAT) Wilmar Castro Soteldo anuncio “la exportación de un 30% de los insumos agrícolas que se producen en el país”, en momentos cuando nuestros cañaverales y cafetales tienen tres años sin ser fertilizados, la superficie de hortalizas descendió un 75 %, y continua disminuyendo la de maíz, sorgo, arroz, girasol y pastizales, porque no hay semillas, fertilizantes, ni agroquímicos.
El ministro insiste en desconocer la debacle de Agropatria. Parece ignorar que el poco herbicida que comercializa la empresa estatal lo hace en bidones de 1.000 litros violando la normativa nacional e internacional, argumentando no disponer de los envases específicos para estos productos. Cómo entender entonces que ofrece exportar agroinsumos, mientras nuestros productores, no disponen ni siquiera del combustible necesario para recolectar de sus campos el poco maíz sembrado.
Aun cuando Castro Soteldo pretenda dibujarnos la ilusión que este año se cosecharan “1 millón 341.000 toneladas de maíz”, lo que equivaldría a 380.000 hectáreas del cultivo, la realidad es que solo se lograron establecer alrededor de 220.000 hectáreas, cuando su despacho había planificado 650.000 hectáreas de maíz. Una de las razones principales de esta debacle, la falta de insumos.
El revertir la caída en la producción interna de alimentos, exige el establecimiento de políticas públicas que viabilicen además del constante acceso a agroinsumos, la incorporación de nuevas y eficientes tecnologías para alcanzar incrementos significativos en los rendimientos.
Mientras los países vecinos trabajan en agricultura climáticamente inteligente y agricultura de precisión, nuestro ministro adversa hasta la incorporación de fertilizantes en nuestra agricultura. En su cuenta twitter @wcastroPSUV celebró la publicación del gobernador de Guárico: “Gobernador Vázquez: Podemos decir que somos soberanos en la semilla de arroz. Está siembra que podemos ver, aquí se sembró solo con urea, vencimos los fertilizantes que atacan las siembra”.
Es necesario aclararle, para que un cultivo exprese su máximo potencial de rendimiento es indispensable la fertilización, y no solo con fuente de nitrógeno, requieren igualmente otros macro, meso y micro elementos. A los fertilizantes no hay que “vencerlos”, porque ellos no “atacan las siembra”. Hasta la FAO, acepta el importante papel que fertilizantes inorgánicos u orgánicos, utilizados de manera racional, tienen para alcanzar los niveles requeridos de producción de los alimentos.
Frente a la tragedia del campo venezolano ante las constantes torpezas de quienes mal dirigen el país cabe el refrán popular “que sabe burro de caramelos si lo que come es monte”, considerando que han demostrado no tener la formación y experticia requerida para comprender el funcionamiento del sistema agrícola. Lo lamentable, sus errores, y decisiones irresponsables, han condenado al 53% de nuestros hogares a buscar “alimentos” en contenedores de basura.
Sin embargo, “la culpa no es del ciego sino del que le da el garrote”. Nicolás Maduro afirmó recientemente “Estamos logrando un milagro agrario… hay que producirlo todo; el arroz, el maíz, el pollo, la carne, los frijoles, las lentejas”. Oportuno es recordar que antes del “Socialismo del Siglo XXI” Venezuela se autoabastecía de arroz, maíz blanco, carne bovina y de pollo, entre muchos otros rubros, sin tener frente a nuestros ojos el cruel escenario actual en el cual el 72% de los hogares ha visto deteriorar su alimentación. Es nuestro deber el exigir un cambio de rumbo, apartarnos de arcaicos paradigmas a los cuales se aferran quienes no tienen la capacidad para conducir al país, definitivamente “Morrocoy no sube palo, ni cachicamo se afeita”.