Ingeniero Agronómo Jesús M Peña B
La preparación de suelos llamada también labranza es un proceso dinámico de manipulación física, química y biológica del suelo; utilizando aditamentos mecánicos, agobio y corte de plantas indeseables, rotaciones de cultivos e incorporando al suelo restos de cosecha.
La labranza convencional se refiere al método de preparación de suelos que tradicionalmente se realiza mediante la utilización de implementos tradicionales como arados, rastras, subsolado, cultivadoras o combinación de ellos.
La labranza mínima consiste en disminuir el número de pases o implementos tradicionales lo cual permite bajar costos, impactar menos el ambiente, gerenciar el tiempo.
La labranza reducida implica labrar sólo una parte del área del suelo donde vamos a sembrar; como por ejemplo labrar solo el área de aprovechamiento de raíces de un determinado cultivo.
La siembra directa se refiere al uso de la sembradora fertilizadora, labrando solamente la parte donde es colocada la semilla y el fertilizante.
Labranza cero o cero labranza es la no utilización de implementos mecánicos en la siembra. En el caso del arroz los asiáticos llaman siembra directa al sistema de trasplante en cero labranza.
Algunos autores la clasifican la labranza convencional en 1) labranza profunda, llamada “labranza primaria”, es decir cuando trabajamos el suelo con los implementos a profundidades mayores a 15-20 cm 2) labranza superficial o “secundaria” cuando el equipo utilizado solo “rompe o mulle” en profundidad del suelo menor de 15 cm..
Por ser la preparación de suelos una operación costosa, un exceso en ella repercutirá directamente sobre los beneficios económicos, destruye las condiciones favorables del suelo, promueve la emergencia de plantas dañinas al inicio de las lluvias, coloca un banco de semillas dañinas a los 8 a 10 cm del suelo, necesitándose un alto y variado uso de herbicidas. Es indudable que en Venezuela predomina la cultura de ver el suelo limpio desnudo al momento de la siembra. Al usar un implemento de labranza debe hacerse una evaluación de suelos, estudiando los perfiles del mismo, sus características y el impacto que causará la máquina.
La incorporación de residuos, el mejoramiento de la estructura del suelo, el mejoramiento de la infiltración, el drenaje interno no solamente se logra labrando el suelo; sino que utilizando las prácticas agronómicas señaladas anteriormente como el agobio de malezas, rotar cultivos con diferentes características, se obtiene también el objetivo planteado de establecer condiciones deseables para la germinación, emergencia y establecimiento de plantas cultivadas.
Los objetivos de la preparación de suelos, en la nueva concepción agrícola son los siguientes:
5.- Utilizar eficientemente las fuentes de energía y potencia.
Estos objetivos se logran mediante manejo adecuado de la relación suelo- maquinas cultivo, interrelaciones de conocimientos sobre alelopatía, sinergismo, antagonismo, convivencia y control, rotaciones de cultivos adecuadas , evaluaciones de emergencia de plantas, enraizamiento, drenaje; uso del agua, fertilidad, aireación , asociaciones , productividad en los sistemas de máquinas, mantenimiento, seguridad, ergonomía y gestión de la calidad.
Bajo ese concepto y en función de los objetivos que debe perseguir la labranza, los implementos tienen diferentes acciones de acuerdo a como se utilice en un determinado sistema de producción agrícola o agropecuario. Algunos libros destacan por ejemplo que el objetivo del arado de discos es “voltear el suelo” o que la rastra “pulveriza y destruye malezas”. En el nuevo enfoque por ejemplo un arado de discos si persigue mejorar las condiciones de aireación de un suelo compactado, volteando el prisma de suelo antes de iniciar un sistema de labranza mínima, se puede considerar que está cumpliendo en este caso el objetivo de un implemento que ayudará a la labranza conservacionista, ya que se está utilizando una sola vez en la rotación a largo plazo con los fines planteados.
La mayoría de los suelos de los llanos occidentales de Venezuela son susceptibles a degradación. Por lo tanto debemos cuidarnos de influencia de la alta intensidad y frecuencia de lluvias, manejo intensivo de implementos causantes de compactación y sellado. Cuidar la efectividad de las operaciones de labranza y mecanización en condiciones de diversidad suelos, tamaño de lotes y movilidad en las fincas.
Se recomiendan entonces sistemas de labranza adecuados para evitar la formación de sellos superficiales, el encostramiento, la compactación, la alta pulverización y pérdida de estructura, degradación biológica, disminución de la efectividad en el uso de fertilizantes, erosión hídrica y eólica, contaminación y reducción de la capa vegetal.
En los sistemas de siembra convencional con rotaciones del maíz en los llanos occidentales se han determinado impactos negativos sobre la compactación de los suelos, determinándose formaciones de capa compactada con espesores entre 3 y 8 cm, altas densidades aparentes, los cuales limitan el crecimiento de raíces, la movilidad de los nutrimentos entre otros aspectos.
También fueron evaluados los sistemas de labranza reducida mediante siembra directa en los llanos, demostrándose que la siembra directa tuvo ventajas en rendimientos, menores costos y menor impacto ambiental, comparándola con el sistema convencional, en los cultivos de maíz y sus rotaciones con algodón, soya, ajonjolí, sorgo, girasol, caraotas, frijol. Los resultados han sido publicados en los cursos sobre maíz coordinados por ASOPORTUGUESA, en los congresos de suelos, en los festivales de maíz, en Jornadas Agronómicas, en la revista UNELLEZ Ciencia y Tecnología, Revistas científicas de la UCLA, UCV, INIA, en Congresos de Ingeniería Agrícola entre otros. El Ingeniero Bragachini, líder de la agricultura de precisión en Argentina, con motivo de sus visitas a Venezuela, mencionó que Venezuela tiene experiencia y buenos resultados en los métodos de labranzas conservacionistas.
El suscrito y colaboradores evaluó a través del Fonaiap, el método de cero labranza en arroz en suelos arroceros de Soledad de Armo y se comparó con el sistema de labranza en fangueo, durante los años 1994,1995 y 1996 resultados citados en El libro “el cultivo de arroz en Venezuela” editado por INIA en el año 2004; mostrándose la ventaja de la labranza cero por un mayor rendimiento en grano seco, mayor aporte de biomasa del arroz, mayor altura de planta, mayor relación costo beneficio. El trabajo citado muestra que el batido afectó las propiedades del suelo con alta concentración de sales en los primeros cinco centímetros del suelo, alta concentración de P en los primeros diez centímetros del suelo, alta densidad aparente del suelo a la profundidad de diez centímetros afectando la profundidad de raíces, baja actividad biológica en el perfil de suelo arrocero, escasa capa arable, altos costos de mecanización. Se ha venido recomendando la siembra directa mediante el uso de sembradoras modernas o en todo caso labranzas mínimas con implementos livianos, previa evaluación del perfil del suelo y con la debida asesoría técnica.
Muchos agricultores con tecnología de punta en Turen, El Playón, Moritas, Piedemonte (Portuguesa); Barinas, Cojedes, Guárico, Anzoátegui, Bolívar están utilizando esta técnica de labranzas mínimas con excelentes resultados. Debemos apoyarlos, evaluar en campo sus ventajas y solucionar sus desventajas.
Para lograr el cambio de paradigma y establecer estos nuevos enfoques, se requiere el diálogo o mejor dicho consenso. Mediante reuniones y la discusión de nuevos marcos metodológicos entre el gobierno (Ministro de agricultura y Comisiones técnicas, ministros de la economía), las asociaciones de productores tanto de pequeños como de grandes productores, las empresas de producción ensamblaje e importación de maquinaria, empresas de mecanización como el Mecanizado Pedro Camejo. Ello permitiría hacer un verdadero plan de siembra, que no se logra mostrando el número de hectáreas sembradas y la producción de grano para abastecer al país y exportar, sino la programación a largo plazo de uso de tecnologías modernas como lo están haciendo países desarrollados y en vías de desarrollo. En el área de mecanización y manejo de suelos se recomienda: el uso de implementos no tradicionales: sembradoras especializadas, rotativas de aspas y distribuidoras de restos de cosecha e incorporadoras de barbecho, aditamentos de distribución de residuos en cosechadoras, fertilizadoras especializadas, aditamentos de sembradoras eficaces y adaptadas a los suelos venezolanos, rastras livianas adaptadas a la agricultura de montañas, utensilios de mecanización para pequeños agricultores y otros implementos de agricultura de precisión. En éstas reuniones se debe: consultar y diagnosticar para autorizar y facilitar la importación de máquinas y gerenciar para que empresas cercanas brasileñas y argentinas se instalen en el país mediante convenios. Garantizar a los gremios agrícolas los recursos y apoyo para que actualicen su parque de maquinaria bajo ese nuevo enfoque. Cambiar la filosofía de preparación de suelos por parte de las asociaciones de productores. Diseñar un proyecto nacional de mecanización y maquinas para pequeños agricultores con el apoyo e investigación de universidades, e instituciones oficiales y privadas. Ello permite apoyar a los agricultores, cambiar los conceptos de preparación de suelos, ahorrar grandes divisas, dar valor agregado, exportar equipos y alimentos y en general mejorar el nivel de vida del país.