Pedro Raúl Solórzano Peraza
Marzo 2018
Vuelve al tapete el problema del suministro de fertilizantes para el ciclo agrícola de secano 2018, el cual es al mismo tiempo el problema del suministro insuficiente de todos los insumos básicos para la agricultura, que es el mismo problema del suministro de alimentos para la población de un país que se alimenta de la basura.
La incapacidad del régimen para apoyar la producción agrícola nacional, queda manifestada año tras año en todos los obstáculos que va colocando a los productores para la obtención de sus insumos, y en los actuales momentos, se suma el problema para la comercialización de los pocos productos que logran salir del campo, que quieren ser confiscados por autoridades regionales para su repartición demagógica.
A esta incapacidad se une ahora la burla, cuando el militar que está al frente del ministerio de agricultura dice que la producción agrícola aumentó 67% el año pasado y hay comida de sobra, y cuando el vicepresidente dice “tenemos que cesar las importaciones. Las divisas que se daban para importar maíz, arroz, azúcar, soya, etc, serán destinadas para potenciar la producción nacional. En los próximos meses Venezuela debe ser autosuficiente en estos rubros”.
Al lado de esta alharaca gubernamental, aparecen hoy dos informaciones en relación a los fertilizantes y la agricultura venezolana. Una por el ingeniero agrónomo y productor agrícola Ramón Elías Bolotín señalando que en el ciclo de norte-verano que termina con el inicio del ciclo de lluvias, los cultivos se sembraron sin fertilizantes y en girasol hubo una caída de 40% en los rendimientos. La otra, por Carlos O. Albornoz, Presidente de FEDENAGA, quien advierte que “sin fertilizantes no hay siembra”…….. Esta situación me llevó a recordar algunas cifras que he trazado en anteriores oportunidades en relación a este tema, y que creo vale la pena repetir, para que nuestra realidad, para el ciclo agrícola de secano que comienza a mediados de abril (dentro de un mes), se pueda apreciar con mayor claridad. Veamos:
Supongamos que queremos hacer realidad el sueño del vicepresidente de la república de que en los próximos meses Venezuela debe ser autosuficiente en los rubros maíz, arroz, azúcar, soya, etc. Para ello, debemos sembrar inmediatamente, comenzando en abril, unos 4 millones de hectáreas con esos y otros cultivos. Si se van a sembrar 4 millones de hectáreas, aplicando un promedio de 0,4 toneladas de fertilizantes por hectárea, se requieren 1,6 millones de toneladas de fertilizante NPK. Si además se deben aplicar 200 kg de fertilizante nitrogenado adicional, se requieren 800.000 toneladas de nitrogenado que es generalmente urea. Por lo tanto, en total se requieren
2,4 millones de toneladas (2.400.000 toneladas) de fertilizantes para atender 4 millones de hectáreas.
Durante los pasados años se ha distribuido en el país alrededor de 800.000 toneladas anuales de fertilizantes, de las cuales 40% ha correspondido a productos importados y 60% productos provenientes de nuestra industria, principalmente urea. Como esta tendencia no va a variar ya que la industria de fertilizantes no ha mejorado en estos últimos años, la producción nacional de fertilizantes seguirá siendo 60% de 800.000 toneladas o 480.000
toneladas. Quiere decir que para 4 millones de hectáreas se debe importa 1.920.000 toneladas (2.400.000 – 480.000).
Esa cantidad de fertilizantes no aparece por arte de magia en las fincas nacionales, el producto tiene que negociarse en los mercados internacionales, luego es preciso contratar los barcos para traerlo y después distribuirlo en todo el país. Para movilizar esa cantidad de fertilizante se necesitan más de 63.700 viajes de gandolas, ya que cada una puede transportar 30 toneladas. Si durante el tiempo que dure la distribución de los fertilizantes por todo el país cada gandola puede realizar 10 viajes, habría que disponer de unas 6.500 gandolas en buenas condiciones.
Creo que finaliza el ciclo de lluvias de este año y no se ha terminado de negociar ese fertilizante, mucho menos se habrá contratado los fletes para traerlo a puertos venezolanos y menos aún se habrá contratado y organizado las gandolas para toda esa movilización. La situación se hace más crítica si tomamos en cuenta que para esos 4 millones de hectáreas se requiere, como mínimo, disponer de unos 10 millones de unidades (kg o litros) de herbicidas y unos 5 millones de litros de insecticidas, todo eso sin incluir los millones de kilos de semillas. Por eso digo nuevamente, que para el 2018 estamos ante el mismo cuento de todos estos funestos años que ha tenido la agricultura venezolana.
Con esta improvisación gubernamental no se puede llegar a ninguna parte. Programas agrícolas serios tienen que ser elaborados en todas sus instancias por personas que conozcan de la materia, no por estos paracaidistas que han estado volando de un ministerio a otro durante las últimas dos décadas, como si estas dependencias oficiales fuesen centros sociales, campos deportivos o cuarteles. Ante la pretensión de querer que en los próximos meses Venezuela sea autosuficiente en el suministro de alimentos para la población, y ante la incapacidad manifiesta del régimen para apoyar la agricultura nacional, podemos decir que estamos pasando de la incapacidad a la burla en esta materia.
Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad dealimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.
En Amazon está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor trato a los suelos y al ambiente en general, https:/www.amazon.com/dp/1973818078/
Pedro Raúl Solórzano Peraza
Marzo de 2018.
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