La falta de descanso y de sueño tiene un impacto negativo muy pronunciado sobre la producción y el bienestar de las vacas lecheras.
A pesar de que es difícil demostrar que el descanso de bovinos genera más beneficios y mejor productividad, es cierto que cuando no se presenta esto, se generan muchos más costos y la explotación es menos rentable. Las instalaciones tienen un efecto sustancial en la conducta de descanso, la salud y el rendimiento de las vacas lecheras. Por otra parte, cada sistema de alojamiento tiene sus ventajas y desventajas en términos de bienestar.
Asimismo, las vacas productoras de leche deben de tener un horario de descanso aproximado de 10 a 14 horas al día. El tiempo que las vacas dedican al descanso es crucial, ya que la reducción del tiempo que permanecen echadas puede afectar a la producción.
De esta manera, cuando una vaca está echada,optimiza la rumia y produce más saliva, reduciendo así el riesgo de acidosis ruminal. Además, el aporte de sangre a la ubre es mayor en una vaca echada (alrededor de 5 L / min) que en una vaca de pie (alrededor de 3L / min); esto mejora la función de la ubre y aumenta la producción de leche.
De esta manera, es importante conocer que la vida diaria de la vaca se caracteriza por pasar más de la mitad del tiempo descansando, en un rango de 10 a 14 horas. Por otro lado, el animal dedica de 6 a 7 horas a rumiar, 4 a 5 a ingerir alimentos hasta en 19 tomas distintas, e interactuar y relacionarse con otras vacas unas 2 a 3 horas.
Por el contrario, cuando el animal está de pie por un tiempo prolongado, la presión dentro de la cápsula de la pezuña suele aumentar, lo cual produce hipoxia (reducción del suministro de oxígeno) e isquemia (flujo sanguíneo restringido). Esto aumenta el riesgo de cojeras.
Cuando las vacas no están cómodas, prefieren permanecer de pie en lugar de experimentar el dolor asociado con el hecho de echarse/levantarse sobre superficies inadecuadas. Además, en estos casos también aumenta el número de vacas echadas parcial o totalmente fuera de la zona de descanso (por ejemplo, en el pasillo). Además, en explotaciones con cubículos inadecuados aumenta el número de vacas que realizan la conducta denominada «perching», que consiste en que la vaca tiene las dos patas delanteras en el cubículo y las dos traseras en el pasillo.
Las vacas adultas duermen durante aproximadamente 4 horas al día, sobre todo durante la noche. El sueño, especialmente el sueño REM (rapid eye movement), ocurre con mayor frecuencia cuando la vaca está descansando con el cuello relajado y la cabeza apoyada en su flanco. Cuando las vacas están correctamente adaptadas a su entorno duermen raras veces de pie. Una disminución del tiempo total de descanso debido a malas condiciones de alojamiento afectará el sueño y, a su vez, la falta de sueño puede alterar el sistema endocrino, aumentar el gasto energético y perjudicar la función inmune