Werner Gutiérrez Ferrer
Yajaira Villalobos Araujo
El concepto de “maleza” es un término relativo, de origen económico, y no biológico. En general en el sistema ganadero se acepta esta definición para aquellas especies de plantas no deseadas, que reducen el rendimiento del recurso pastizal, incrementado los costos de producción, y por ende disminuyendo los beneficios económicos de la finca.
Es necesario aclarar que en algunas circunstancias, determinadas especies consideradas como “malezas”, pueden llegar a ser “plantas útiles” en otra condición o ambiente. Es necesario entonces al momento de realizar el proceso de diagnóstico o auditoria por parte de un profesional especializado de los potreros de la finca, que el productor le solicite la identificación de cada especie de planta presente, y llegar a conocer si su presencia resulta perjudicial al ganado, o por el contrario, puede traer algún beneficio al sistema ganadero, en cuyo caso podría recibir la denominación de “bueneza”.
Se debe considerar la posibilidad al momento de establecer el manejo de las malezas, el permitir la presencia de estas plantas. Para ello es importante el uso de tres ciencias del saber por parte de quien realice el levantamiento de la información sobre el estado de nuestros potreros: la taxonomía (identificar y distinguir cada especie de planta), la biología (su caracterización como individuo) y la ecología (sus interacciones con el ambiente y con otras especies). Haciendo un uso adecuado de estas herramientas, ese estudio debe considerar, además de la (s) especie (s), la cobertura y oferta de biomasa de los pastos establecidos por el ganadero; la identificación con su nombre común, científico y familia botánica, de cada especie de planta presente; las características principales de las mismas, tales como ciclo de vida, forma de la hoja, consistencia del tallo, habito de crecimiento, presencia de sustancias tóxicas o de ciertas estructuras espinosas que puedan causar daño al ganado, propiedades especiales que puedan resultar ser beneficiosas al rebaño, así como los requerimientos edafo climáticos de estas plantas extrañas al pastizal que fue inicialmente establecido por el productor.
Es importante resaltar que bajo un buen manejo de potreros, no debemos permitir que aquellas plantas, que una vez realizado el diagnostico o auditoria, las definamos como malezas, estas lleguen a ocupar más de un 10% de la superficie del pastizal en cada potrero. En caso de tener una infestación mayor, debemos emprender medidas para minimizar su población teniendo presente que debido a la gran biodiversidad que caracteriza a los trópicos, no es factible, ni seria práctico, un manejo específico para cada especie de planta ajena al pasto que se desarrolle en el sistema pastizal, salvo muy particulares situaciones, como el caso de paja cabezona Paspalum virgatum muy común y agresiva en zonas de altas precipitaciones.
Como regla general, en cultivos de alta densidad, por cada maleza presente, una planta de cultivo menos, y en el caso de los pastizales, no es la excepción. Las malezas dentro de los potreros causan diversos efectos negativos, que se ven reflejados ineludiblemente en el balance de ingresos y egresos de la finca, entre los más significativos podemos mencionar: reducen la densidad y cobertura de los pastos establecidos, disminuyendo el rendimiento de materia seca de pasto por unidad de superficie y por tanto, la carga animal; afectan el valor nutritivo de la biomasa y por consiguiente la respuesta del rebaño en cuanto a ganancia de peso y producción de leche; algunas de estas plantas indeseables pueden causar intoxicaciones o daños físicos a los animales, afectando su salud y la economía de la unidad de producción; causan la depreciación de la finca e incrementan los costos de producción del sistema ganadero.
Debe tenerse en cuenta que siempre es mejor y más económico el prevenir que controlar malezas, “a las malezas se les gana con planificación”. El buen manejo del potrero previene el 90 % de las malezas en el pastizal, y va ligado a otras prácticas que fortalecen el sistema de producción tales como: especies de pastos adaptados al tipo de suelo y clima, separación del rebaño en grupos etarios, rotación de potreros, carga animal, períodos de utilización y descanso, establecimiento de potreros de cuarentena o de sacrificio, fertilización, y limpieza de cercas, entre otros.
En un próximo artículo te presentaremos recomendaciones que te serán muy útiles al momento de establecer un plan de manejo eficiente de malezas y buenezas en tu finca. Por ahora tomemos en cuenta que la ignorancia de las especies de malezas presentes en tus potreros, como cualquier otra ignorancia, es costosa para tu unidad de producción, por lo tanto, debes utilizar las herramientas más eficaces y eficientes para evitar su presencia desbordada en tus pastizales.
1Ing. Agr. M. Sc. Profesor titular y Ex Decano de la Facultad de Agronomía de la Universidad del Zulia, especialista en el Manejo Integrado de Malezas. Coautor de los libros “Uso y manejo seguro de plaguicidas”, 2012 y “Control de malezas en pastos”, 2013. Asesor de la Federación de Ganaderos de la Cuenca del Lago de Maracaibo (FEGALAGO). Consultor del Instituto de Gerencia y Estrategia del Zulia (IGEZ). Twitter @WernerGutierrez
2Ing. Agr. M. Sc. Personal administrativo y de investigación de la Facultad de Agronomía de la Universidad del Zulia, especialista en Gerencia de Agrosistemas y Manejo Integrado de Malezas. Coautora del libro “Control de malezas en pastos”, 2013. Twitter @yayavillalobos