Minuta Agropecuaria.-
Las prohibiciones de productos en Europa, hace unos años, solo han mostrado un claro debilitamiento en la producción agrícola, sin representar un crecimiento diferenciado en la población de abejas.
Según la FAO, el 75% de los cultivos para consumo humano dependen de las abejas; una cifra que muestra la necesidad de fortalecer la relación entre la agricultura y la apicultura.
Recientemente, se han amplificado varias noticias sobre pérdidas de colmenas, la más reciente aseguraba “80 millones de abejas en el Quindío, solo en el último año”, un titular impactante y preocupante..
Para poder concluir que esta cifra es cierta sería necesario suponer que, solo en el último año, 1.000 de las 1.500 colmenas de ese departamento, se habrían perdido. Es decir que, el 66% del total de colmenas del Quindío “se perdieron” y la producción tendría que verse afectada con una caída histórica en la producción de miel. Sin embargo, llama la atención que la producción de 40 toneladas anuales de miel en el Quindío se ha mantenido, lo que se relaciona – según diferentes estudios sobre apicultura – con un sostenimiento o incremento en la población de abejas. Realidad muy distante a la planteada en diferentes medios de comunicación.
Por otro lado, la actual situación del sector agrícola en Europa, fortalece la idea, según la cual, el cuidado de las abejas, no puede representar una enemistad entre la agricultura y el medio ambiente. Según Augusto Ramírez, profesor y agrónomo de la Universidad Nacional sede Bogotá, “Lo que está pasando en Colombia, es la repetición de una estrategia que vimos en 2013 en la Unión Europea y que llevó al continente a una fuerte restricción en los insecticidas con un resultado devastador para la agricultura europea.
Dicho lo anterior, es importante resaltar cómo en Europa la medida no fue lo suficientemente estudiada y obligó a que, solo 4 años después de su implementación, se generaran excepciones para evitar la quiebra de sectores tan afectados como el de la remolacha azucarera.
De hecho, entre 2018 y lo que va corrido de 2021, 17 países de la Unión Europea han aprobado 114 autorizaciones de emergencia para que los agricultores puedan usar insecticidas eficientes para la protección de sus cultivos. Francia fue el más reciente en unirse a este grupo de países que toman decisiones de emergencia para detener las pérdidas en cultivos de remolacha azucarera.
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