¿Cómo se comporta y reacciona el ganado lechero?

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Entender cómo se comporta y reacciona el ganado lechero es fundamental para poder brindarle las máximas condiciones de bienestar, pero también para evitar accidentes.

Las vacas tienen sensaciones: pueden estar sedientas, hambrientas, sentir dolor o alivio. Si se les trata con cuidado, responderán favorablemente; por el contrario, si son maltratadas se negaran a cooperar.

En general, el forzar a un animal a hacer algo que no quiere puede ocasionar que este se espante o confunda, lo cual puede provocar daños o heridas al animal y a quien lo maneje. Varios estudios han mostrado que el ganado es responsable de casi dos tercios de todas las lesiones o heridas causadas por animales en las explotaciones agropecuarias. También han indicado que más de mitad de las heridas o lesiones relacionadas con animales se debieron a errores humanos.

Observando la cola de la vaca, se puede tener una idea de cómo se siente. Cuando la cola está colgando, la vaca está relajada; cuando está entre las piernas, la vaca tiene algún tipo de dolor, está espantada o con frío; si la cola está levantada, la vaca está explorando sus alrededores o está alerta a posibles peligros; cuando la vaca galopa levanta la cola en forma recta.

Es también importante observar la postura general del animal, si está sano se estirará arqueando el lomo al levantarse y entonces volverá a su postura recta. Si una vaca ha estado de pie más de lo normal con el lomo arqueado y la cabeza baja, está inquieta o con alguna molestia.

Colores, proximidad, ruidos

Las vacas son capaces de distinguir colores y son muy sensibles a contrastes. Por ejemplo, si una vaca ve una línea blanca, un charco o una sombra en el pasillo, seguramente brincara sobre él, ya que puede confundirlo con un agujero en el suelo.

El campo visual de las vacas es amplio, pueden ver hacia atrás sin mover la cabeza porque sus globos oculares están localizados en los lados de la misma. Sin embargo, tienen un “punto ciego” localizado exactamente atrás de ellas. Si nos colocamos en ese punto, las vacas pueden ponerse nerviosas porque no pueden ver los que ocurre en ese punto. Siempre hay que tratar de evitar el punto ciego cuando se aproxime a una vaca

Las vacas son más sensibles a ruidos que a los humanos, especialmente a sonidos de alta intensidad que pueden afectar sus oídos. Los sonidos de alta intensidad entre los animales se usan como señales de alarma, por ejemplo, cuando un depredador está rondando. Nunca grite cerca de la vaca o a la vaca. Los ruidos fuertes pueden espantarlas y hacerlas patear, embestir o correr.

 

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