Ing. Agr. M. Sc. Werner Gutiérrez Ferrer
Ex Decano de la Facultad de Agronomía de LUZ
La ex canciller Delcy Rodríguez, en una de sus arengas a favor de la Constituyente comunal afirmaba “Nos moriremos de hambre, pero aquí estaremos defendiendo a la patria”. La realidad, es que desde hace mucho, ese pueblo noble que creyó equivocadamente en las promesas de Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro, ya muere de hambre.
Esta semana Susana Raffalli, profesional venezolana especialista en Nutrición y Seguridad alimentaria, denunciaba la muerte en promedio de 4 a 6 niños por semana a causa de la desnutrición, a la vez que nos advertía «Si el desenlace no es rápido, la emergencia alimentaria nos tragará» en referencia a la urgencia que se produzca un cambio en las políticas que nos han llevado bajo su gobierno señora Rodríguez, a una crisis alimentaria jamás sufrida por nuestra nación.
La aplicación de ese modelo que hoy pretenden imponer, con «carácter constitucional», a través de una constituyente fraudulenta, ha llevado al venezolano a niveles alarmantes en la inaccesibilidad a los alimentos. Según el reciente informe del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros una familia de cinco miembros requería 18,9 salarios mínimos para adquirir en el mes de junio pasado la canasta alimentaria familiar (1.229.698,35 bolívares). La inflación generada por ese gobierno que según usted los venezolanos están dispuestos a morir de hambre para defenderlo, hace estragos en las deprimidas economías familiares. Según estimaciones del Profesor de la Universidad de Los Andes, Alejandro Gutiérrez, la tasa de inflación del rubro alimentos y bebidas no alcohólicas en el 2016 cerró entre 600 a 750 %, y para el 2017, afirma pudiera alcanzar entre 1.150 a 1.200 %
Lo más grave, es que lo que nos espera en el futuro cercano es un déficit aun mayor en la disponibilidad de alimentos. Ya se ha decretado como perdido el año agrícola 2017. En rubros estratégicos como el maíz y arroz, solo se ha logrado sembrar entre un 30 a 40 % de la superficie planificada. Por otra parte, la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos advierte que entre el mes de mayo de 2016 y mayo 2017 continua la caída general en el procesamiento de alimentos, por ejemplo, en harina precocida de maíz la caída fue de -39,6 %, harina de trigo – 46,5% y leche en polvo -27,5 %. En tanto las importaciones, según estimaciones del profesor Gutiérrez, cierren en el 2017 en 477 dólares por habitante, cuando en el 2013, alcanzaron los 1.623,2 dólares.
Delcy, es cierto, de no producirse un cambio urgente en la conducción del país, lamentablemente los niños venezolanos seguirán muriendo de hambre, pero no por defender a esta patria pisoteada y destruida, sino como consecuencia del secuestro ejecutado por ustedes, quienes nos gobiernan, de nuestra industria agroalimentaria privada. Venezuela toda, exige y merece, un cambio de rumbo.