Artículo escrito para Minuta Agropecuaria por Ing.Agr. Jesus M Peña B
Jesuspe2009hotmail.com
01 Sep 2021
Debido a las altas pérdidas de cosecha los países desarrollados en agricultura (en Suramérica Argentina y Brasil) han desarrollado proyectos de investigación de carácter nacional y estratégico, entre el estado y los agricultores dirigido al estudio y evaluación de pérdidas de cosecha.
Por ejemplo en Argentina se ha evaluado que la cosechadora de maíz produce 4,6 % de pérdidas. Primero debemos plantearnos rangos de tolerancia por encima de los cuales trabajamos a pérdida. El % actual de pérdidas no debe ser mayor del 3% por efecto de la cosechadora y 0% en precosecha. De las perdidas por efectos de la cosechadora el 72% lo produce el cabezal y el 28 % la “cola” es decir trilla, separación y limpieza.
Las pérdidas por cabezal ocurren en un 33% debida a mazorcas y el 67% por desgrane de mazorcas. La causa de pérdidas es la mala regulación del cabezal (excesivo corte de plantas y aumento del índice de alimentación) así como también influye el % de volcamiento del cultivo o bien algún ataque de plagas.
En el caso venezolano debemos comenzar evaluando cuantas perdidas se producen, donde y por qué además de la evaluación de las cosechadoras perse, se debe poner énfasis a evaluar los tipos de cultivares, la uniformidad del cultivo a la cosecha; debido entre otras causas nuestra variabilidad de acondicionamiento de suelos, mal drenaje, tipos de suelos.
Debido a que la mayor parte de las pérdidas se producen por desgrane, en las nuevas cosechadoras se ha puesto énfasis en el diseño y regulación de “placas espigadoras” ubicadas entre las cadenas recolectoras y los rodillos. Se han incorporado kit de chapas o “placas espigadoras” regulables desde la cabina mediante actuador hidráulico o eléctrico.
Condiciones de un cabezal maicero moderno:
Disponer de puntones de perfil bajo y agudo, de fácil regulación, con sistema plegado sencillo y de rápida remoción, capaz de penetrar debajo de las plantas caídas.
El bastidor con un diseño de ángulo de trabajo que permita a los baldes de la cadena rozar el suelo en su punto más bajo.
Las cadenas recolectoras deben tener gran amplitud de ingreso de plantas y cucharas concéntricas de fácil regulación, tanto en velocidad como en la tensión.
Los rodillos con chapas plegadas de fácil recambio o de bordes cortantes que realicen un quebrado del tallo sin llegar a cortarlo volviéndolo más frágil.
Las placas espigadoras con diseño que eviten desgaste y el corte de plantas además de disponer de las regulaciones desde la cabina ya mencionadas.
Las llamadas “placas gramilleras” ubicadas cerca de los rodillos, de fácil regulación y resistentes al desgaste.
El sinfín con gran altura de alas para mazorcas de gran tamaño, paso amplio y bajo régimen de giro. Las palas entregadoras centrales con diseño tangencial para evitar el voleo de mazorcas. Zafes del sinfín de alta sensibilidad y duración.
Pantalla de alambre reforzada ubicada sobre el embocador, para evitar el voleo de mazorcas por parte del sinfín.
Puntones laterales de diseño agudo, de perfil suave y alto; con su parte superior ancha para guiar a las plantas sin provocar el desprendimiento de espigas.
Cabezales livianos con facilidad de adaptación a diferentes distancias entre hileras. Es conveniente comentarles que tienen que irse sustituyendo en Venezuela los cabezales de 0,85-0,90 metros entre hileras así como estos sistemas de siembra, ya que resultan menos eficientes y rentables y con esto nos ponemos a tono en nuevas tecnologías de diseño de sembradoras y cosechadoras a menores distancias, por ejemplo a 0,70 m. Se disponen a nivel mundial de cabezales y sistemas de cosecha para distancias entre 52.5 y 70 cm.
Facilidad de la adaptabilidad de la velocidad de giro del cabezal para diferentes características del cultivo. Ya disponemos de tecnología de regulación de la velocidad del cabezal coordinado automáticamente con los avances de la cosechadora.
Disponer de buena asistencia técnica y mecánica.
Uso, calibración y evaluación de pérdidas en cosechadoras de maíz
Ratifico la necesidad de capacitar equipos técnicos y diseñar organizaciones en el estudio de la mecanización y específicamente crear un proyecto de investigación y transferencia tecnológica en evaluación de cosechadoras y pos cosecha.
Evitar las pérdidas por el cabezal, lo cual representa el 70% de las pérdidas de acuerdo a las referencias de países como argentina y Brasil. Recomendamos ir cambiando a futuro los cabezales y las cosechadoras para distancias de 0,70 metros entre hileras y validar tecnologías de menores distancias y distintos cultivares.
Las pérdidas por la cola (es decir trilla, separación y limpieza); ocurren en un 30%.
La primera recomendación es que los asesores técnicos, los supervisores de cosecha y los operadores, deben observar durante el día de trabajo la calidad del grano que llega a la tolva, como salen los residuos por la cola y regular el conjunto de trilla a medida que cambian las condiciones del cultivo.
Para el caso de cilindros de trilla tradicionales es necesario “forrar” el cilindro, ya que la falta del forrado produce pedazos de tallos y mazorcas mal trillados y se introducen al cilindro por los espacios entre las barras batidoras y pueden salir a la altura de los peines sin haber sido trilladas. Si una vez forrado el cilindro, se observan fallas en la trilla, se debe proceder al cambio de las barras batidoras y las contrabarras del cóncavo.
Muchas plantas quedan volcadas y arrancadas con las raíces afuera y se constituyen en un esmeril que daña la cosechadora, siendo más peligrosa cuando se trata de cosechadoras con rotor axial debido que esa tierra y tocones giran 12 vueltas antes de salir por la cola de la cosechadora.
Ocurren muchas variaciones en desuniformidad de altura de mazorcas, de diámetro de tallos y tamaño de mazorcas. La recomendación es seleccionar en forma adecuada los cultivares al momento de la siembra y realizar una siembra eficiente incluyendo una buena uniformidad de la profundidad de siembra para evitar tal desuniformidad. Una de las cosas que puede realizar el operador o el supervisor de cosecha es, en caso sumo, cerrar las chapas cubre rolos o espigadoras, cortando más plantas aumentando el índice de alimentación.
O sea que los problemas de vuelco de maíz, por poco anclaje o poco desarrollo de la corona que fija la planta al suelo y las pérdidas por desgrane por plantas desuniformes en la línea; se solucionan con el uso de buenas sembradoras (con equipamiento de barredores de rastrojo y cuchillas). Sembrar bien para evitar pérdidas.
La mejor manera de disminuir las pérdidas de cosecha de maíz, o de cualquier cultivo que se coseche mecanizado, es hacer un trabajo eficiente y conocer cuál es el origen de dichas pérdidas.
¿ cómo evaluar las pérdidas de cosecha?:
Nosotros en Venezuela generalmente evaluamos sólo las pérdidas totales que se producen en la cosecha. He aquí un método para evaluar las diferentes pérdidas, a fin de buscar solución y mejorar la eficiencia:
Delimitar un rectángulo para el caso de siembras a 0,70 metros debe tener 14.3 m de largo con el ancho igual al número de hileras del cabezal. Se recolectan las mazorcas que no serán recolectadas por la máquina. En relación a mazorcas adheridas a plantas volcadas en sentido transversal a la siembra (de 45º.a 90º.) son recuperables el 100% por lo tanto no se toman como pérdidas precosecha. La plantas volcadas en la dirección de la hilera son recuperables en un 50%., por tal motivo se recogen el 50% de éstas. Se realizan los cálculos en base al área y a los Kg./ha.
En la misma zona donde se evalúa la precosecha, se arrojan cuatro aros ciegos después del paso del cabezal y antes que caiga el material por la cola. Uno debajo del cajón de zarandas y los otros en el resto del ancho del cabezal. Los granos y restos de mazorca sin trillar que se encuentran por encima de estos aros representan las perdidas por cola.
Se determinan recogiendo el material situado debajo de los cuatro aros lanzados. Este material representa las pérdidas por desgrane del cabezal.
En el mismo rectángulo delimitado para valorar pérdidas precosecha, recoger todas las mazorcas y granos que quedaron sin cosechar y aplicar las formulas relacionándolo con la superficie. A este valor de pérdidas por voleo de mazorcas del cabezal hay que sumarle los kilogramos por hectárea perdidos por desgrane del cabezal para obtener las pérdidas totales por el cabezal maicero.
Al momento de la cosecha y el manejo de los residuos
Uno de los aspectos importantes en la agricultura sustentable, es aplicar tecnologías de punta sobre el manejo de los residuos después de la cosecha. La mayoría de las agriculturas eficientes del mundo, recomiendan el reciclaje de los nutrimentos en el suelo que se logra mediante varias formas, siendo una de ellas la incorporación adecuada de los residuos de cosecha.
En el caso venezolano inmediatamente después del maíz en las rotaciones se siembran oleaginosas, leguminosas, algodón. También se ha hecho últimamente una secuencia de sorgo después del maíz. En estos casos es importante que manejemos muy bien cómo vamos a incorporar estos residuos, ya que el maíz posee tallos de lenta descomposición naturalmente, lo cual puede ocasionar ineficiencia en el trabajo de la sembradora, fechas tardías de siembra durante el período de sequía, así como pérdidas considerables de condiciones del suelo y aprovechamiento de nutrimentos dejados por la cosecha anterior de maíz.
Hay dos formas de incorporar los residuos: Una de ellas es por los sistemas tradicionales de labranza( LC), mediante pases de rastra sucesivos, con la consecuente compactación, gasto de energía, combustible y perdidas de residuos a través del viento, del agua y de las máquinas. Otra forma de incorporar residuos, es mediante labranzas no tradicionales (LNT) a través del corte de tallos y hojas de maíz con desmalezadoras (rotativas o segadoras multiuso), uso de desbrozadores de residuos o uso de rolos trituradores de rastrojos.
En evaluaciones realizadas en la zona, demostramos que el maíz aporta hasta 16 Toneladas por hectárea de biomasa, con variaciones dependiendo de los cultivares y de las distancias de siembra utilizadas. Esta biomasa bien incorporada al suelo recicla nutrimentos, mantiene humedad, genera actividad biológica. También evaluamos que las raíces de maíz tienen un peso seco de 30 gramos por planta, y mantienen la porosidad del suelo si este no se toca con la rastra (LNT).
Evaluamos perfiles culturales de suelo donde se observó macro poros producidos por las raíces, actividad biológica alrededor de las mismas en sistemas no tradicionales (LNT). Es decir que se rompe lo tradicional en el sentido de que no solamente se incorpora residuos de cosecha mediante el uso de la rastra, sino que cortando y manejando residuos de manera natural también se puede hacer dicha función.
Fue evaluado que las hojas de maíz incorporan 1,93% de N, 2,19% de K, 0,38% de Mg, 23 ppm de Zn, 36 ppm de Mn.
Cuando el suelo sembrado de maíz no se rotura, se observó que el contenido de K no varió en los primeros 20 cm. del suelo (LNT) mientras que cuando se roturó hubo grandes variaciones. Lo mismo ocurrió con el Mg lo cual le dio ventajas a los sistemas no tradicionales de roturación del suelo y manejo de residuos (LNT) en comparación al uso de la rastra para incorporar residuos en el suelo.
Tanto en evaluaciones realizadas en Turen( Portuguesa, Venezuela), como en siembras observadas en Brasil y Argentina no se observaron efectos de incidencia de Rhizoctonia y otros hongos cuando no se rotura el suelo y se incorporan los residuos con máquinas desbrozadoras, rotativas o rodillos trituradores de residuos.
Después de la cosecha de maíz crecen muchas malezas o los tallos de maíz dejados son altos. Existen en el mercado rolos trituradores de rastrojos (tecnología muy utilizada en suelos tropicales brasileños) para picar, agobiar e incorporar residuos y luego utilizar los herbicidas y dosis adecuadas. Con separación de cuchillas de 15 cm., velocidades altas de trabajo (hasta de 12-15 Km./hora, con pesos de lastres y anchos de labor entre 4 y 7 metros.
Otra tecnología muy utilizada en los llanos occidentales, consisten en desbrozadores movidos por el eje toma de fuerzas de los tractores. Incorporan residuos de cosecha de manera rápida. Se han venido adaptando métodos de trabajo, variando velocidades de trabajo, alturas de corte y número de pases, para lograr mayor eficiencia. Se ha observado en fincas de altos insumos que la vida útil de estos equipos es baja, debiéndose capacitar al operador y realizar un mantenimiento adecuado tanto al equipo como al tractor para evitar daño en dicha maquinaria.
Para incorporar residuos de maíz también se utiliza la rotativa tradicional, observándose que las rotativas tradicionales, ahileran los residuos del maíz, causando problemas de baja y desuniforme descomposición del residuo. Para ello se han incorporado nuevas tecnologías en materia de rotativas que poseen altos anchos de trabajo, regulación de altura de corte, diferentes diseños de porta cuchillas, ruedas y laminas laterales para uniformizar la distribución de los residuos. Se encuentran en el mercado rotativas diseñadas especialmente para el corte de este tipo de residuos.
Para concluir, en la agricultura intensiva que requiere el país debe evaluarse el manejo adecuado de residuos (de maíz en este caso planteado) para facilitar otra gran siembra como es la siembra de “verano”, logrando sembrar temprano, evitar pérdidas de humedad, evitar el uso excesivo de la rastra o la quema de residuos que tanto está dañando el suelo y el ambiente y que redunda en menores beneficios.
Como estamos preparando la cosecha les recomiendo seleccionar la cosechadora de acuerdo a las densidades de siembra, evaluar todas las pérdidas al comenzar la cosecha no es pérdida de tiempo sino ir evacuando datos y anotarlos y difundirlos a través de las asociaciones de productores, ya que nada ganamos con haber hecho todo bien y al final la ganancia se nos va por una mala cosecha.