Pedro Raúl Solórzano Peraza
Agosto 2020
La moderna biotecnología ha dado inmensos aportes a la agricultura mundial, con el desarrollo de organismos genéticamente modificados (OGM) en importantes especies vegetales cultivadas. Se han obtenido cultivares con características particulares superiores a los cultivares tradicionales, como por ejemplo mayores rendimientos, tolerantes a diversas condiciones externas adversas, de más fácil manejo, de mejor valor nutritivo, entre otras. Todas estas características, además de poder generar mayores rendimientos, también ofrecen grandes ventajas a los productores en el manejo de sus campos.
En Venezuela se ha prohibido el uso de OGM en la agricultura, vetados legalmente según lo establecido en la Ley de Semillas aprobada el 23 de diciembre de 2015 por la Asamblea Nacional, la cual impide “la liberación, el uso, la multiplicación, la entrada al país y la producción nacional de semillas transgénicas”. Esto incluye a los OGM desarrollados por medio de los alcances de la biotecnología.
Con esta postura oficial, hay algunas contradicciones. Una de ellas se refiere a que el mismo sector oficial importa múltiples alimentos, especialmente aceite de soya y granos forrajeros (maíz amarillo), producidos en otros países con cultivares transgénicos. En esos lugares de producción, los agricultores disfrutan de las bondades de los OMG, lo que no pueden disfrutar nuestros agricultores.
Otra contradicción se basa en que el sector oficial, desde el inicio de este régimen en 1999, ha querido mostrar una cara de protector del ambiente, de responsable en la conservación de los recursos naturales, y sin entrar en detalles del ecocidio que han autorizado y disfrutado en la Guayana Venezolana con la explotación de minerales valiosos, con algunos de los OMG oficialmente proscritos, además de mayores rendimientos, se puede lograr un más eficiente combate de plagas y malezas, con un menor uso de plaguicidas químicos que pudieran contaminar suelos, aguas y causar daños irreparables a la fauna benéfica y a la salud de los operadores del campo si no se toman las precauciones correspondientes.
Un ejemplo interesante de esto es el Maiz Bt, transgénico que es capaz de producir la proteína Cry, naturalmente producida por la bacteria Bacillus thuringiensis, la cual es tóxica a las larvas de lepidópteros que taladran los tallos y consumen follaje de las plantas. En el caso del Maiz Bt, no se requiere aplicar insecticidas para combatir estas plagas, el autocombate que realiza la planta es más eficiente y redunda en mayores rendimientos y facilidad de manejo del cultivo. La proteína Cry es inofensiva para el hombre y para el resto de la fauna. Ha sido utilizada por más de 40 años como ingrediente de algunos insecticidas biológicos de amplio uso.
Este año, 2020, se ha sembrado muy poco maíz en todo el país, lo que promete unmarcado desabastecimiento de este grano, que es base fundamental de la alimentación del venezolano. En adición a esto, se ha reportado que las siembras en Portuguesa y resto de regiones maiceras, están siendo atacadas fuertemente por taladradores del tallo y consumidores de follaje. Hemos visto fotos con ataques severos, los taladradores debilitan el tallo, obstruyen el flujo de agua y nutrientes, y promueven el volcamiento de las plantas, pudiendo causar grandes pérdidas para el productor. Los campos están muy altos y no se debe entrar con tractores para aplicar insecticidas porque se dañaría un alto porcentaje de la población de plantas.
La solución serían las aspersiones aéreas, pero los aviones no tienen gasolina. Conclusión: el uso de Maiz Bt hubiera evitado estas pérdidas tan marcadas en la producción de maíz del año 2020.
A pesar de estas contradicciones y limitaciones legales que existen en el país con respecto a los OMG, algunos agricultores, en su necesidad de facilitar la actividad agrícola ante tantos obstáculos y carencias de insumos originadas en su mayoría por las malas políticas agrícolas del régimen, subrepticiamente han evaluado materiales transgénicos con excelentes resultados.
Pedro Raúl Solórzano Peraza
Agosto 2020.
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A pesar de la prohibición de semillas transgenicas en el estado portuguesa otorgaron créditos para la siembra de maíz transgenico no apto para el consumo humano ya que esta destinado a la producción de etanol. Dicha siembra causa daños en los lotes de siembra de maíz comestible entre otros daños al ecosistema.