Agroisleña, C.A. y la agricultura venezolana

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Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Octubre de 2018.

Hace ocho años, en los primeros días del mes de octubre del año 2010, se inició la expoliación de la empresa Agroisleña, C.A. por parte del régimen socialista del siglo XXI, que impera en la Venezuela actual y está empeñado en la destrucción total de este país, favorecido con ingentes recursos naturales. Este movimiento del régimen llevó a Agroisleña, C.A. a la quiebra bajo el nombre de Agropatria, C.A., y consecuentemente, la agricultura venezolana se ha visto seriamente afectada por la falta de insumos, de financiamiento, de servicios de asistencia técnica, de transporte, de centros de recepción y almacenamiento de cosechas, en fin, de todo lo que el productor del campo necesita para ser exitoso en su labor, tal como decía el lema de la empresa: “Agroisleña, C.A. Todo para el agricultor”.

Agroisleña, C.A. nace hace más de sesenta años con la venta de semillas de hortalizas de calidad, en las alturas de El Tocuyo en el estado Lara. Fue creciendo progresivamente, ampliando su oferta de insumos a los agricultores, actualizándose constantemente y modernizando su estructura en función de los cambios y adelantos tecnológicos mundiales.

De semillas de hortalizas se amplió a semillas de otros cultivos, principalmente cereales, en los cuales no solo se vendieron semillas, sino que se participó en programas de mejoramiento para la creación de nuevos cultivares y una planta para el procesamiento de semillas certificadas. Se incorporó la oferta de herbicidas, insecticidas y fungicidas, con una variedad tan amplia, que posiblemente se podía atender satisfactoriamente todas las situaciones de daño que se pudieran presentar en los campos cultivados. Se dispuso de plantas propias para la producción y formulación de muchos de estos agroquímicos.

Llegó el riego localizado o riego por goteo a la agricultura, con sus grandes ventajas para los agricultores, y Agroisleña, C.A. incorporó la oferta de estos sistemas de riego con diversidad de emisores para aplicar la fertirrigación, especialmente en cultivos hortícolas. Paralelo a los equipos de riego se incluyó la oferta de invernaderos y de los fertilizantes especiales requeridos para que la fertirrigación sea eficiente. Estos fertilizantes eran importados por la empresa, pero Agrosileña, C.A. emprendió un programa para producirlos evaluando muchos componentes nacionales, instalando además una planta para su formulación y producción.

Se incorporó la oferta de fertilizantes hasta que el régimen permitió su importación por particulares. Se colocaron en el mercado productos innovadores como los nitrogenados con inhibidores de la nitrificación, proyectándose la construcción de una planta para producir estos productos ecológicos en Venezuela, aprovechando que nuestra industria petroquímica fue líder en la producción de urea. Sumado a esto, para adaptar mejor la oferta de abonos a las regiones y diversificar las fórmulas NPK/Mg S, se estableció una moderna planta para producir mezclas físicas
según las demandas regionales.

Tradicionalmente, la empresa ofreció una variada gama de equipos agrícolas, pero más recientemente había incorporado la oferta de maquinarias, tractores para las diversas labores de campo y combinadas para la recolección de las cosechas.

Los agricultores enfrentaban muchas veces problemas por transporte insuficiente y escasez de sitios para colocar las cosechas, con la urgencia de evitar que sus productos se deterioraran. Para contribuir en este aspecto, se facilitó una flota de vehículos para transporte y se construyeron centros de recepción y almacenamiento distribuidos en las regiones de mayor movimiento de cosechas, superando la capacidad de los silos oficiales.

Paralelo a todas esas facilidades, se iba contratando personal de alto nivel para cada área, se hicieron programas de mejoramiento profesional, se realizaron talleres y seminarios internos para actualización de conocimientos de los técnicos de la empresa, y en muchos casos, para la atención de agricultores que tuvieran que enfrentar alguna práctica especial o usar un producto nuevo, desconocido. Por supuesto, esto representaba tener un servicio de extensión y de asistencia técnica ejemplar para el necesario intercambio entre agricultor y empresa.

Finalmente, no podemos dejar de mencionar los planes de financiamiento de Agroisleña, C.A. para atender las necesidades de los productores antes, durante y después de cada ciclo de cultivo.

Toda esa riqueza generada en el transcurrir de los años para la atención de los productores del campo, todas las industrias conexas dedicadas a la producción de insumos y equipos agrícolas de última generación, toda la formación de un personal capacitado para apoyar nuestra producción de alimentos, todas esas oportunidades de empleo para miles de personas, ha dejado de estar presente en nuestros campos. Todo eso se acabó, fue destruido con la expoliación de la empresa, y se ha afectado profundamente la agricultura venezolana.

Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Octubre de 2018.

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