Es una plaga polífaga y cosmopolita, que ataca actualmente varios cultivos como la soja, algodón, maíz, frijol común, garbanzo, linaza, girasol, cereales de invierno, cítricos, trigo, cebada, avena y sorgo. Debido a lo anterior se decretó emergencia cuarentenaria A1, que consiste en declarar esta plaga de alto riesgo debido a los daños económicos que puede generar.
Es originaria de África, actualmente ataca cultivos en Asia, Europa y Oceanía. En Sudamérica fue identificada en febrero del 2013 por investigadores de la Empresa Brasilera de investigación Agropecuaria (Embrapa); Silvana Paula-Moraes y Alexandre Specht de Embrapa Cerrados, y por Daniel Ricardo Sosa-Gómez de Embrapa soja, mediante análisis morfológicos y de ADN en adultos del sexo masculino. Algunas hipótesis mencionan que esta plaga llegó de Europa en una importación de flores a través de Argentina y otras mencionan la posibilidad de bioterrorismo. Esta plaga tiene como características importantes una alta resistencia a insecticidas, gran movilidad y elevada tasa de reproducción, ya que cada hembra tiene la capacidad de ovipositar de 1000 a 1500.
Esta plaga es una especie externamente semejante a Helicoverpa gelotopoeon (Dyar), presente en el sur de América Latina (Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil), por lo que puede ser fácilmente confundida.
El impacto económico de Helicoverpa armígera es registrado en países como Australia, África, China y la India, especialmente en el cultivo de algodón. El gusano ataca la parte vegetativa y estructuras reproductivas de las plantas. Tiene gran capacidad de movilidad entre los frutos, por tanto pequeñas poblaciones de este gusano pueden representar alto riesgo de destrucción. US$ 441.000 en Brasil es el valor estimado de las pérdidas y costos de control en las últimas dos temporadas en los cultivos de algodón y soja.
Un grupo de especialistas del área de entomología de Embrapa elaboró un documento, considerando diferentes aspectos del manejo integrado de plagas (MIP) citados en la literatura que deberán ser evaluados para las condiciones brasileñas.
En el caso del control químico, la alternativa más indicada para el control de H. armígera, es la adopción de un sistema de monitoreo de la plaga y el nivel de control con insecticidas para la toma de decisiones. El conteo directo de huevos y orugas del primer estadio (etapa) es recomendado en Australia para el cultivo de algodón, con una frecuencia de dos veces por semana, al inicio de la germinación de las plantas y hasta que el 30 o el 40% de las plantas estén con los botones o capullos abiertos. De acuerdo a la Embrapa, los insecticidas químicos deben ser utilizados con los siguientes niveles de acción.
Se propone un enfoque regional para el manejo de Helicoverpa armígera, considerando el número de generaciones, la capacidad de migración y su alto grado de polifagia.
Las siguientes son algunas de las herramientas que los agricultores pueden utilizar para controlar a Helicoverpa: