Minuta Agropecuaria.-
El durazno es oriundo de China y de allí su cultivo se extendió por Europa y otras partes del mundo. Al continente americano llegó en tiempos coloniales, ya que para 1570 se cultivaba en México, y en 1761 en Venezuela.
El durazno es un fruto repleto de nutrientes vital para el buen funcionamiento del organismo. Su aporte de vitaminas, minerales, fibras y antioxidantes lo hacen uno de los alimentos más saludables.
En nuestro país, el durazno es cultivado con fines comerciales en las zonas altas y frescas (entre los 1.500 a 2.000 metros de altitud), principalmente en la zona de la Cordillera de la costa, específicamente en la Colonia Tovar del Estado Aragua, el Jarillo del estado Miranda y en la cuenca del río Chama en el estado Mérida.
Venezuela tiene una superficie apta para la siembra de durazno de 2.500 hectáreas, para un rendimiento de 6.2 toneladas métricas al año.
Sin embargo, para el año 2010 existía no menos de 23 poblados agrícolas que tenían al cultivo de durazno como importante fuente de ingresos, en una superficie aproximada de 1400 hectáreas, para la Colonia Tovar y unas 410 ha para El Jarillo, donde aproximadamente 500 productores, en su mayoría originarios de inmigrantes alemanes, cultivaban una población total de aproximadamente 305.200 plantas.
Según cifras del fondo frutícola, la producción de durazno llegó a niveles de excelencia en el año 1989 cuando se produjeron 39 millones de kilogramos, de los cuales el 60% se destinó a la agroindustria y el 40% se exportó a Colombia y a las islas del caribe.