Pedro Raúl Solórzano Peraza
Septiembre de 2017
(Parte I)
La expresión Hambre Oculta es muy elocuente y puede ser padecida por las plantas cuando hay fallas en su nutrición, así como por nosotros, los humanos, por alguna insuficiencia nutritiva. Hambre oculta es simplemente un estado ocasionado por una nutrición desbalanceada o insuficiente, que no alcanza niveles tan elevados como para generar la manifestación de la sintomatología característica según el nutriente deficiente. En humanos podemos encontrar personas que se han debilitado pero están aparentemente sanas cuando están sentadas o, de alguna manera, reposando. Al incorporarse a alguna actividad pueden manifestar lentitud de movimientos, mareos, una enorme flojera, lo cual puede ser indicativo de una anemia por deficiencia en la ingesta de hierro (Fe). Esto pudiera ser una situación de hambre oculta y al continuar un suministro insuficiente de Fe, se pasa a una anemia clorótica ya que esa persona puede comenzar a mostrarse muy pálida porque disminuyen sus niveles de hemoglobina, de cuya molécula el Fe forma parte importante. Es decir, esa persona pasa de la etapa de hambre oculta a la etapa de manifestación de síntomas visuales de deficiencia nutritiva.
En las plantas ocurre lo mismo, y se puede apreciar muy claramente al analizar una curva que represente la respuesta de las plantas a las aplicaciones de un nutriente que se encuentra en niveles insuficientes en la solución del suelo. Veamos una relación general entre crecimiento de una planta y el suministro de nutrientes:
Si se considera el crecimiento de una planta en un suelo con limitada suplencia de un nutriente esencial, al cual se le aplican dosis crecientes de ese nutriente limitante, se obtiene la relación general que se ilustra en la figura siguiente. El punto de partida de esa relación es un crecimiento limitado de la planta cuando no se aplica el nutriente o la dosis es cero (X=0). A pesar de no aplicar fertilizante, ocurre cierto crecimiento de la planta dependiente del bajo nivel del nutriente limitante en la solución del suelo. A medida que se van aplicando dosis crecientes del nutriente (X=1, 2,3,…,n), el crecimiento (o rendimiento) de la planta va incrementándose progresivamente hasta llegar a un punto máximo, y todo este sector de la curva representa una respuesta positiva de la planta a la aplicación de este nutriente. Por supuesto, si el nivel inicial del nutriente en el suelo hubiera sido satisfactorio, no hubiera ocurrido esta zona de respuesta a su aplicación. En este sector de respuesta a la aplicación del nutriente en cuestión, hay dos áreas diferentes, una en la cual la insuficiencia es tan grande que la planta muestra síntomas característicos de deficiencia nutritiva y, a continuación, otra área donde la suplencia del nutriente es insuficiente pero la planta ya no muestra los síntomas, por lo que se denomina zona de hambre oculta.