La cría de búfalos como alternativa de rentabilidad en la producción agropecuaria

     Jonathan Ramírez Arellano. 

La cría de búfalos se ha popularizado en Venezuela y el mundo, sobre todo en las últimas tres décadas, gracias a las maravillosas bondades que esta especie ofrece para los productores agropecuarios y a sus fines empresariales (carne, leche y doble propósito). Con este artículo no pretendo herir susceptibilidades o establecer comparaciones productivas y reproductivas con diversidad de gustos o preferencias entre esta especie bovina y otras, tampoco identificar cual es mejor. El objetivo principal de este aporte es generar un elemento de carácter cognitivo que ayude a enriquecer el contexto ganadero y que propicie elementos sustanciales que puedan facilitar la toma de decisiones.

           Por lo tanto, será finalmente usted amigo productor, quien decida cómo y en qué medida establecerá sus parámetros para generar riqueza en su finca o hato y robustecer su entorno organizacional.

      En mi experiencia como encargado y administrador en unidades de producción bufaleras en los estados Zulia y Cojedes (Venezuela), he tenido gratas vivencias, al observar eventos productivos y reproductivos que la cría de búfalos de río (Bubalus Bubalis) representa para generar mayor rentabilidad a los productores y ver como inclusive muchos connacionales están cambiando sus enfoques, adoptando la cría de estos nobles animales como prioridad en sus espacios productivos.

            En consecuencia, tengo que destacar que al hablar de búfalos no puedo pasar por alto la gran capacidad que este tiene para adaptarse a las condiciones climáticas del trópico, la versatilidad para producir y reproducir en condiciones de sequía y de lluvias extremas; así como resaltar su longevidad (mas años de vida) que conduce a su vez a tener animales generando ganancias tanto en carne como en leche por mas años. La FAO expresa que los búfalos “se encuentran entre los animales de mayor producción de las zonas tropicales cálidas y húmedas y de las zonas subtropicales. Esta especie, llamada Bubalus bubalis, posee algunas características morfológicas y físicas que facilitan una mayor adaptación a condiciones más variables que el ganado bovino del género Bos. Los pigmentos de melanina de la piel retienen la radiación ultravioleta, tan abundante en los trópicos, protegiendo así al animal de sus efectos perniciosos”.

 Igualmente, este organismo internacional señala que “Con tales propiedades de adaptación, los búfalos han adquirido características reproductivas y productivas totalmente de acuerdo con el modelo cíclico de clima y vegetación de esas zonas cálidas”. Hay que señalar también la baja tasa de mortalidad de esta especie, tal como lo indican García, S. y Planas, T. (2005) al hacer referencia que esta especie “Manifiesta bajos porcentajes de mortalidad, alta viabilidad y baja incidencia de abortos y crías muertas (0,3%)”; lo que se traduce en menor pérdida de procesos de lactancia y de ejemplares que en un futuro representarán a los nuevos productores y reproductores de la cadena.

  Así mismo, el búfalo es un animal con una precocidad envidiable, obteniendo animales sobre los 450 kilos en dos años. A esto le sumamos que para elaborar un kilo de queso se necesitan tan solo entre 4 y 5 litros de leche, ello por el alto contenido de calcio, grasas y sólidos totales. En tal sentido, vale la pena mencionar que la leche de búfala tiene mayor cantidad de proteínas, grasas, macro, microelementos y bajo contenido de colesterol; así como también, destacar que dicha grasa es menos perjudicial para la salud humana.

   Al respecto, la FAO manifiesta y corrobora que la leche de búfala “tiene un contenido muy alto de materias grasas que, por término medio, es el doble que el de la leche de vaca. La relación grasa/proteína de la leche de búfala es de 2:1 aproximadamente. En comparación con la leche de vacuno, la leche de búfala también tiene una mayor relación caseína/proteína. El alto contenido de calcio de la caseína facilita la fabricación de quesos”.

   De esta manera, se puede acotar que es muy probable tener en la finca ejemplares proporcionándonos en promedio crías hasta los 20 años y con períodos de lactancia mucho mas largos; tal como lo señala la FAO en un artículo al referir que “Las búfalas de río generalmente producen entre 1500 y 4500 litros de leche por lactación. Tienen una vida productiva considerablemente mayor que la del ganado vacuno, puesto que proporcionan crías y leche hasta después de los 20 años de edad”. Además el búfalo es mas resistente a plagas y enfermedades, lo que se traduce en el logro de objetivos con menores costos y una producción mas eficiente. Es menester también considerar la mansedumbre de esta especie bovina, pero también detallar que puede generar ganancia de peso bajo contextos alimenticios un tanto precarios, porque además el búfalo ramonea (consume alimento proveniente de las ramas de árboles y arbustos) y aprovecha mejor las pasturas pobres.

 Por último, quiero decirles que para los que nos gusta hablar de productividad mas que de producción, el búfalo se muestra como la alternativa correcta.

 Jonathan Ramírez Arellano.                                           

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Twitter: @JonathanUnesur