A la hora de elegir un sistema de cría, el ganadero no solo debe tener en cuenta el bienestar del becerro, sino también la comodidad de la madre y, aún más importante, el tipo de producción.
En la actualidad, existen 3 formas de criar a un ternero: crianza natural o al pie de la madre, con vacas adoptivas o nodrizas, y artificial.
La forma natural
Esta manera tradicional de criar un ternero consiste en dejarlo pegado a su madre para ordeñar solo el excedente de leche una vez al día. De esta forma se privilegia el crecimiento y desarrollo natural del ejemplar, por lo cual se usa sobre todo en producciones de carne.
Otro método consiste en ordeñar primero a la vaca para obtener la máxima ración, dejando un cuarto libre para que la cría se alimente en horas de la tarde. Aquí se debe tener presente el nivel de producción promedio de la res para saber cuánto se debe dejar al ternero.
La ventaja de ambos métodos es que el ternero crece en un ambiente natural sin estrés y le permite su libre desarrollo. Sin embargo, también tiene riesgos de contraer enfermedades, por lo cual es importante el suministro de calostro.
“El calostro protegerá a las cría durante los 3 primeros meses de vida de enfermedades”, aseguró Ernesto González Cely, médico veterinario.
El uso de vaca nodriza
Este sistema funciona para beneficiar tanto a la vaca como a la cría. Cuando un becerro es rechazado por la madre o esta muere durante el parto, se coloca junto a una novilla parida para que tome leche y la adopte como un hijo más.
Se puede trabajar de manera permanente o transitoria. La primera se da cuando las mismas vacas permanecen durante toda la lactancia con las crías y la segunda es cuando solo lo hacen durante un determinado período de tiempo.
También se privilegia este método cuando la res no puede dar leche de forma inmediata y se vuelven “duras”. En este caso, el contacto con un ternero permite que la hembra vuelva a producir leche.
Con este sistema se ahorra la mano de obra y otros recursos para infraestructura, pues no será necesario separar a las hembras adultas de los becerros. Sin embargo, requiere mayor atención para evitar que estos se acostumbren a no recibir otros alimentos además de la leche, lo que retrasa el desarrollo del rumen.
El método artificial
De otra parte, el ternero puede ser separado por completo de la madre e ingresar a un sistema artificial, que le brindará todo lo necesario para su desarrollo y crecimiento.
Se aplica sobre todo en ganaderías estabuladas o semi estabuladas, con ordeños mecánicos y altas producciones. El único alimento que los becerros consumen directamente de la madre es el primer calostro y de resto se alejan de la madre para que esta continúe con la producción del lácteo.
De otro lado, las crías no serán tan susceptibles a las enfermedades y parásitos, pues se van a mantener en sitios higiénicos y praderas libres. Se pueden conservar en corrales colectivos o individuales.
La ventaja es que los animales se alimentarán con los nutrientes correctos brindados por la leche, el pasto, el concentrado y la sal mineralizada. Por el contrario, la desventaja es que requiere de mucho presupuesto para hacer este tipo de construcciones que separan a adultos y becerros.