Pedro Raúl Solórzano Peraza
Este documento es la parte III de otros que van a conformar el tema: “Conociendo la planta de soya”, hasta completar la información sobre crecimiento y nutrición de esta planta, aspectos muy importantes para el manejo del cultivo en el campo.
III.-La nutrición de la soya.
Las plantas para desarrollarse normalmente, necesitan disponer de una adecuada y oportuna suplencia de un grupo de elementos que se conocen como nutrientes esenciales. Cada uno de ellos cumple una función específica dentro del vegetal, y suausencia, o aún su presencia a niveles inferiores de los normales, impide que la planta logre expresar su máxima capacidad de crecimiento.
Los nutrientes esenciales se han dividido en macronutrientes y micronutrientes,dependiendo de las cantidades en que las plantas los requieran. Los macronutrientes son nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), calcio (Ca), magnesio
(Mg) y azufre (S). Los micronutrientes son hierro (Fe), manganeso (Mn), zinc (Zn), cobre (Cu), boro (B), molibdeno (Mo) y cloro (Cl). Estos nutrientes se pueden encontrar en el suelo bajo diferentes formas, se mueven hacia la raíz por distintos procesos y una vez que llegan a la interfase suelo-raiz, pueden ser absorbidos por las plantas. Cuando los suelos no están en capacidad de suministrar la cantidad suficiente de estos nutrientes a las plantas, lo cual se puede conocer realizando un análisis de suelos, estos nutrientes se deben aplicar por medio de fertilizantes en la
práctica de fertilización.
Para el manejo de la fertilización de las plantas cultivadas una información valiosa es el conocimiento de los patrones de acumulación de los nutrientes a lo largo de su ciclo de vida. En esta ocasión, vamos a presentar los patrones de acumulación de N, P y K, en la variedad Soyica P-31 procedente del ICA, Colombia, sembrada en el
campo con una eficiente inoculación con rizobios.
El nutriente que se acumuló en mayor cantidad es el nitrógeno, el cual alcanzó un valor máximo de 217,76 kg de N/ha lo cual es lógico dado el elevado nivel de proteína en el grano de soya, luego sigue el potasio con un máximo acumulado de 74,4 kg de K 2 O/ha (62,02 kg de K/ha), y finalmente el fósforo con 59 kg de P 2 O 5 /ha (20,25 kg de P/ha). Pero es importante conocer cómo ocurrió esa acumulación en las diferentes etapas del crecimiento y desarrollo de las plantas.
En los cuadros 1, 2 y 3 se presenta la acumulación de N, P y K respectivamente en los diferentes órganos y en la planta entera, en relación a la edad del cultivo. Se aprecia que la máxima acumulación de N (217,76 kg/ha) ocurrió al momento de la cosecha, mientras que para P (20,25 kg/ha) y K (62,02 kg/ha) esa máxima acumulación ocurrió a los 74 días de edad (estado R8), disminuyendo a partir de allí hasta la cosecha. Esta disminución se puede explicar porque en esta etapa final del ciclo ya la absorción de estos elementos es muy baja y no logra superar la pérdida que ocurre por el desprendimiento de las hojas de las plantas.
Cuadro 1. Acumulación de nitrógeno en los diferentes órganos de la planta de soya a lo largo de su ciclo de vida. Valores en kg de N/ha.
Edad Hojas Tallos Vainas Hojas Granos Total
(días) viejas
18 4,42 1,35 5,77
25 11,86 3,02 14,88
32 19,23 4,27 23,50
39 30,72 4,29 35,01
46 42,90 15,10 58,00
53 55,80 22,50 12,50 90,80
59 55,21 23,34 38,52 1,42 118,29
68 53,66 29,05 108,23 1,54 192,48
74 9,33 13,76 166,37 6,77 196,23
87 6,12 12,03* 199,54 217,76
*Vainas vacías
Cuadro 2. Acumulación de fósforo en los diferentes órganos de la planta de soya a lo largo de su ciclo de vida. Valores en kg de P/ha.
Edad Hojas Tallos Vainas Hojas Granos Total
(días) viejas
18 0,39 0,06 0,45
25 0,86 0,26 1,12
32 2,59 0,49 3,08
39 2,58 0,61 3,19
46 4,29 2,52 6,81
53 5,60 2,92 1,46 9,98
59 4,89 2,28 3,01 0,02 10,20
68 5,14 2,82 8,77 0,20 16,93
74 0,89 1,86 16,40 1,10 20,25
87 0,43 1,63* 14,05 16,11
*Vainas vacías
Cuadro 3. Acumulación de potasio en los diferentes órganos de la planta de soya a lo largo de su ciclo de vida. Valores en kg de K/ha.
Edad Hojas Tallos Vainas Hojas Granos Total
(días) viejas
18 1,35 0,99 2,34
25 3,07 2,16 5,23
32 7,26 3,65 10,91
39 10,98 5,29 16,27
46 16,72 18,80 35,32
53 16,46 15,24 7,16 38,86
59 15,46 12,11 18,32 0,41 46,30
68 9,85 6,65 37,80 0,32 54,62
74 1,12 5,58 53,99 1,33 62,02
87 1,31 15,92* 36,53 53,76
*Vainas vacías
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Los resultados indican que al principio, cuando se iniciaron las evaluaciones a los 18 días de edad y hasta los 32 días, la acumulación de estos tres nutrientes es lenta y comienza a incrementarse según el muestreo de los 39 días de edad, cuando ya las plantas están en pleno período de floración. Se considera que entre los 32 y 39 días de edad las plantas estaban en los estados R1 y R2. Estos valores se incrementan significativamente después de los 46 días en la posfloración, cuando las plantas ya están en R3.
En lo que respecta a la acumulación de nitrógeno en los diferentes órganos de la planta de soya (cuadro 1), vemos que durante las primeras etapas de desarrollo la mayor acumulación de N ocurre en las hojas y muy poca proporción en los tallos.
Esto se mantiene hasta el inicio de la formación de vainas a los 53 días (estado R4) cuando éstas comienzan a ser importantes depósitos de nitrógeno y paralelamente, a partir de este momento se inicia la pérdida de hojas, lo cual, junto a un posible transporte de N a las vainas, influye en la drástica disminución de la acumulación del nutriente en este órgano, a tal punto que para el momento de la cosecha no se reportan datos porque las plantas están completamente desprovistas de follaje.
Igualmente, la acumulación de nitrógeno en los tallos es muy lenta después de los 53 días de edad y hay una clara evidencia de que ocurre transporte de N desde los tallos hacia las vainas a partir de los 68 días (R6). Para el momento de la cosecha, en las vainas había 97% del total de N acumulado y solo 3% en los tallos.
La acumulación de nitrógeno es importante porque es constante y creciente durante todo el ciclo de la planta y, además, en cantidades relativamente altas. Por esta razón es necesario hacer una buena inoculación de las semillas y asegurar que ocurra fijación de N atmosférico, lo cual generalmente comienza a los 20 días de
edad.
Fósforo y potasio siguen más o menos la misma tendencia del nitrógeno, solo que en menores cantidades y las máximas acumulaciones ocurren a los 74 días, después de lo cual tienden a disminuir por la pérdida de hojas. Una diferencia interesante entre estos nutrientes se refiere al destino final de ellos en los órganos de la planta. Nitrógeno y fósforo se acumulan casi totalmente en los granos (92% de N y 87% de P), mientras que el potasio se distribuye entre tallos más vainas vacías (32% de K) mientras que en los granos permanece un 68% de K.
Quizás más importante sea analizar las tasas de acumulación de N, P, K en la planta a lo largo del ciclo de vida, ya que nos proporciona información en relación a los momentos críticos cuando los requerimientos son mayores. Esos valores se presentan en el cuadro 4.
Cuadro 4. Tasas de acumulación de N-P-K en la planta de soya a lo largo de su ciclo de vida.
Período Tasas de acumulación (kg/ha/día)
(días) N P K
18-25 1,30 0,10 0,41
25-32 1,23 0,28 0,81
32-39 1,64 0,02 0,77
39-46 3,28 0,52 2,75
46-53 4,69 0,45 0,48
53-59 4,58 0,04 1,24
59-68 8,24 0,75 0,92
68-74 0,63 0,55 1,23
74-87 1,66 -0,32 -0,64
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Las tasas de acumulación de estos nutrientes son bajas al principio y hasta la posfloración e inicio de la formación de vainas, observándose que para el período 39-46 días los valores se incrementan significativamente. A partir de allí se
alcanzan las tasas máximas de acumulación llegando para el potasio a un valor de 2,75 kg de K/ha/día en este período de 39-46 días (R2-R3), para el nitrógeno la máxima tasa de acumulación se alcanza a los 59-68 días (R5-R6) con un valor altísimo de 8,24 kg de N/ha/día, siendo este período el más activo en el llenado de los granos. Para el fósforo la máxima tasa de acumulación también fue en este período y con un valor de 0,75 kg de P/ha/día.
Evidentemente, las altas tasas de acumulación de nitrógeno se logran en una gran proporción a través de la fijación biológica de N atmosférico por el Bradyrhizobium japonicum. De no realizarse una buena inoculación de la semilla antes de sembrar, estos requerimientos tendrían que suplirse por medio de fertilizantes que en el mejor de los casos equivaldría a casi 500 kg de urea/ha con una eficiencia imposible de 100%, o más de 1 tonelada de sulfato de amonio/ha. Además, habría que asegurar que para los 10 días del período 59-68 días se encuentren unos 80 kg de N disponibles para las plantas, y poder suplir la alta demanda de ese momento.
La acumulación de fósforo y potasio es constante durante el ciclo, lo que implica que los fertilizantes fosfatados y potásicos se deben aplicar al momento de la siembra en las dosis que se recomienden según el análisis de suelo y con el conocimiento de estos requerimientos. Sin embargo, si los suelos son de texturas gruesas donde se esperan pérdidas significativas de nutrientes por lixiviación, el potasio se debe fraccionar, aplicando una fracción al momento de la siembra y aplicar una segunda fracción un poco antes de los 40 días de edad del cultivo o cuando apenas aparecen las primeras vainas (estado R3), porque es la etapa con la mayor tasa de acumulación de este nutriente.
De toda la información anterior, además, podemos concluir que la soya en el ejemplo tuvo un rendimiento de 2.811 kg de granos/ha, y si sobre esta base calculamos los requerimientos nutritivos para lograr este rendimiento encontramos que se producen 12,9 kg de granos por cada kg de N acumulado por el cultivo (2.811/217,76=12,9), se producen 47,6 kg de granos por cada kg de P 2 O 5 acumulado por el cultivo (2.811/59=47,6), y se producen 37,8 kg de granos por cada kg de K 2 O acumulado por el cultivo (2.811/74,4=37,8). Estos valores son muy parecidos a otros valores reportados en la literatura para diferentes niveles de rendimiento.
Toda la información presentada permite al productor o a su asesor si fuera el caso, junto al conocimiento de las condiciones de suelo mediante un análisis reciente con fines de fertilidad, preparar un programa de fertilización para el cultivo de la soya bastante ajustado a la realidad, para lograr los rendimientos esperados.
Sin fertilizantes es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población. En Amazon está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor trato a los suelos y al ambiente en general, https:/www.amazon.com/dp/1973818078/
Pedro Raúl Solórzano Peraza
pedroraulsolorzano@yahoo.com
www.pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com