Científicos brasileños y de Camerún comprobaron esa viabilidad en una investigación conjunta que acaba de concluir.
Ellos están trabajando para que insectos como el escarabajo Tenebrio (Molitor), el grillo-negro (Gryllus assimilis) y la mosca negra (Illucens Hewrmetia) se conviertan en alimento alternativo para las aves y los peces criados a nivel de la agricultura familiar.
En todos los experimentos llevados a cabo en Brasil y Camerún con pollos y tilapias, el porcentaje de harina de insectos introducido en la alimentación de estos animales y la aceptación fueron significativas.
“Estos resultados muestran que estamos en el camino en la búsqueda de alternativas de alimentos sin impactos negativos en los peces y las aves de corral“, dice la investigadora Janaina Kimpara, de la Embrapa Medio Norte (PI), que dirigió la investigación.
“Necesitamos ahora avanzar en los estudios para que las raciones de peces y aves puedan recibir porcentajes mayores aún de insectos, iniciando así un nuevo ciclo alimentario en las pequeñas propiedades“.
La científica del área de acuicultura revela tres cuestiones importantes para defender a medio plazo la inserción de insectos en la alimentación de peces y aves.
» Cuestión ambiental: los insectos sustituyen parte de las raciones a base de soja empleadas en la alimentación de pollo, bovinos, porcinos, caprinos y ovinos, lo que reduce la presión para el aumento de las áreas plantadas.
» Cuestión económica: otro punto positivo es que la dieta de insectos es más económica. “Tiene aspectos que son la base de supervivencia de la pequeña propiedad, como el equilibrio entre productividad, fácil mantenimiento, poca mano de obra e insumos“, afirma la científica, que estudia también la posibilidad del reciclaje de residuos, como restos de alimentos domésticos o productos no vendidos. Según Kimpara, otro factor importante es el costo de importación de la ración, muchas veces inviable para pequeñas comunidades en Brasil y en países de África.
» Cuestión de seguridad alimentaria: la seguridad alimentaria es la tercera cuestión que fundamenta la viabilidad de la ración hecha con insectos, en opinión de la científica. “Es importante que el productor sepa qué tipo de alimento está dando para sus animales“, recomienda.