Pedro Raúl Solórzano Peraza
Febrero de 2018
Acabo de leer dos noticias muy importantes para la agricultura venezolana, sobre las cuales quiero hacer algunos comentarios. Una, que intenta mostrar la avalancha de insumos para el ciclo de secano 2018, el cual debe comenzar con las siembras de maíz en el occidente barinés en un par de meses (mediados de abril según el inicio de las lluvias) y continuar con las permanentes siembras de arroz de riego. La otra, que intenta mostrar los progresos en la producción nacional de alimentos, son unas declaraciones de un señor Juan Simoza, quien en nombre de un frente
denominado Frente Muller Rojas, ha dicho que “Venezuela produce 60% del consumo interno”.
En relación a esta última, esa aseveración del señor Simoza deja muy mal parado al gobierno nacional, el cual tiene la responsabilidad de la seguridad alimentaria de la población. Si estamos produciendo 60% del consumo y la producción nacional ha bajado a niveles escandalosos de escasez, con una desnutrición infantil muy alta y la hambruna generalizada de la población generando saqueos a sitios donde exista la oferta de cualquier alimento, y la basura la van dejando limpia de cualquier producto que pueda ser ingerido para saciar el hambre, quiere decir que ése es un 60% de nada, que indica que la producción interna es nada.
En lo que respecta a los insumos para la agricultura, cita Minuta Agropecuaria, que el militar al frente del Ministerio de Agricultura “anunció recientemente que llegarían 180.000 toneladas de fertilizantes NPK desde Rusia y 17.000.000 kilolitros de agroquímicos” “esperados por los agricultores para acometer la siembra y
revertir la caída que durante años presenta el sector productivo nacional a causa de las malas políticas agrícolas”.
¿Cuántas hectáreas se pueden fertilizar con esta cantidad de producto? Para poder hacer algunas especulaciones debemos también hacer algunas asunciones. En primer lugar, asumamos que en el mejor de los casos se va a importar una fórmula 10-20- 20 por su riqueza en P y K. En segundo lugar consideremos las dosis a aplicar, asumiendo que para nuestros sistemas suelo-planta deberían oscilar, modestamente, entre 300 y 500 kg de esta fórmula/ha, sin incluir los fertilizantes nitrogenados adicionales que serían absolutamente necesarios. Trabajemos con una dosis promedio de 400 kg de fórmula NPK/ha.
Con las anteriores asunciones, calculamos que a razón de 400 kg de fórmula/ha se pueden abonar 450.000 hectáreas (180.000 ton/0,4 ton/ha=450.000 ha). ¿Para qué sirven 450.000 hectáreas de cultivo en un país con 30 millones de habitantes? La verdad es que no sirve para mucho, porque necesitamos sembrar unos 4.000.000 de hectáreas solamente en cereales, caña de azúcar y oleaginosas, para cubrir adecuadamente nuestros requerimientos en esos rubros.
En un artículo reciente indiqué que además de esa superficie, se requiere sembrar unas 500.000 ha de hortalizas, fertilizar unas 2.000.000 de hectáreas de pastizales, lo que sin incluir frutales, café, cacao, raíces y tubérculos y otros, hace un requerimiento anual de fertilizantes de 4.300.000 toneladas.
Por supuesto que hay una producción nacional de fertilizantes por medio de nuestra industria petroquímica, pero en los últimos años en Venezuela se ha comercializado unas 800.000 toneladas de fertilizantes anualmente, de las cuales 40% es importado por lo que la producción nacional actual de fertilizantes, incluyendo nitrogenados que son la mayoría, apenas es de 480.000 toneladas. Estas cifras revelan que estamos muy lejos de poder revertir la caída del sector productivo.
No me canso de recordar a las instancias que deciden la ruta de nuestra agricultura, que para cada año, con suficiente anticipación, se debe planificar el ciclo anual considerando qué vamos a producir, dónde, con quién, con qué, para que tomando todas las decisiones correspondientes, podamos asegurar que en el mercado nacional están disponibles todos los insumos, maquinarias, equipos y otras necesidades, para que las prácticas agrícolas se puedan aplicar correctamente en cantidad y en el momento oportuno.
Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.
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