La roya del café es considerada una de las enfermedades de plantas más catastróficas de toda la historia. Está dentro de las siete pestes y/o enfermedades de las plantas que ha dejado mayores pérdidas en los últimos 100 años.
Es el principal problema fitosanitario de alto impacto para la caficultura. Las pérdidas en América Latina se calculan en 30% de las cosechas.
El impacto socio económico que puede generar una epidemia de roya del cafeto en Latinoamérica es de dimensiones incalculables. Nueve países latinoamericanos exportan café arábigo.
En Brasil el cultivo de café representa más del 6% de todas las exportaciones agrícolas. En Colombia dependen de este cultivo más de un millón de familias. En Venezuela unas 12.000 familias viven directamente del cultivo de café en un área aproximada a los 35.000 hectáreas.
La roya es una enfermedad causada por el hongo Hemileia vastatrix. El café es el único hospedero conocido de este hongo perteneciente al Phylum Basidiomycota, considerado un parásito obligado, no puede sobrevivir en el suelo o en material vegetal inerte; hasta la fecha no ha sido posible su cultivo en laboratorio.
La enfermedad afecta a las plantas de café mediante la caída prematura de las hojas infectadas, lo cual puede reducir el rendimiento en un 50%.
Una epidemia de la roya presenta tres fases claramente identificables en procesos denominados policíclicos. Una fase lenta con infección de unas pocas hojas; posteriormente una fase rápida o explosiva y una fase terminal o máxima.
Los síntomas corresponden a lesiones cloróticas, inicialmente con decoloración de áreas de la hoja, especialmente hacia los márgenes, donde tiende a acumularse más agua, y posteriormente con gran presencia de urediniosporas del hongo que se reconoce como el polvillo amarillo o naranja ubicado por el envés de la hoja afectada. Los cultivos atacados disminuyen drásticamente su producción porque se afecta la economía energética de la hoja, la cual es responsable de tres procesos vitales (fotosíntesis, respiración y transpiración); al ser atacada reduce su funcionamiento y puede incluso desprenderse del árbol. A mayor número de hojas enfermas, mayor es el impacto de la producción.
Entre los factores biológicos, físicos y ambientales facilitan la propagación de la roya del cafeto está el agua, el cual es esencial para la dispersión y germinación de las esporas del hongo, la existencia de una epidemia de roya del café requiere de lluvia. Algunas investigaciones han concluido que la dispersión de la roya por el aire es de poca o ninguna importancia y que las salpicaduras de la lluvia son el agente principal, no solamente para la dispersión, sino también para la liberación de esporas.
Bajo condiciones favorables para la enfermedad (21 a 25°C) la urediniospora germina dentro de las primeras 72 horas, produce síntomas tempranos entre los 12-15 días de infección y genera nuevas urediniosporas en las lesiones en otros 18-22 días.
En la India se encontraron insectos de especies Euphysothrips subramanii y Scirtothrips bispinosus que se alimentaban de pústulas de la roya y que llevaban un número elevado de esporas en su cuerpo. En Kenia se encontró que las larvas de dos especies de Dípteros (Cecidomyiidae) Lestodiplosis spp. y Mycodiplosis spp. se comían las esporas. Y bajo condiciones de laboratorio, se encontró que tales insectos llevaban un promedio de 37 esporas. Estas observaciones indicarían que también los insectos pueden jugar un papel en la propagación de la enfermedad.
Es posible que la enfermedad sea llevada de una geografía a otra a través de especies vegetales importadas de otros países.
Este hongo necesita condiciones especiales para parasitar la hoja del café. En Colombia y otras regiones productoras de América, durante los últimos años se han presentado alteraciones en las condiciones climáticas (aumento de la precipitación, cambios en la temperatura del aire, disminución del brillo solar y alta humedad relativa), generando estrés en las plantaciones de café y ambientes propicios para desencadenar epidemias de roya, en aquellas variedades que carecen de genes de resistencia al hongo.
Para evitar esta plaga se pueden implementar medidas preventivas tales como la renovación de cafetales con materiales resistentes a la roya es la opción de manejo más eficiente y sostenible económica y ambientalmente.
Los agricultores debido a la magnitud del problema de la roya, están receptivos a las nuevas tecnologías, sean al uso de nuevos fungicidas para la protección, o la adopción de variedades resistentes. Pero ambas situaciones dependen de la capacidad de inversión de cada uno de ellos. Ante el problema actual de la roya del café, en cada país, región o finca de agricultor se debe hacer un análisis de la problemática y recomendar las tecnologías factibles de implementar.