En el parlamento británico, parece existir una gran confusión alrededor de una propuesta de enmienda al proyecto de ley de la UE para reconocer formalmente la sensibilidad animal. Pero en lo que respecta a la ciencia, no existen dudas.
La definición de sensible es simplemente “capaz de percibir sensaciones a través de los sentidos”. Hoy en día, la mayoría de nosotros probablemente diría que los animales son capaces de sentir emociones, formar vínculos e incluso tener personalidades distintas. Sin embargo, durante muchas décadas, la idea de que los animales sintieran emociones o tuvieran personalidades fue rechazada por varios científicos. Esta visión surgió del conocido filósofo René Descartes, quien supuestamente afirmó que los animales carecen de sentimientos.
Lo que la ciencia ha encontrado
Estudios actuales han desacreditado esta idea (ya sea que Descartes la haya dicho o no). Los científicos, contrariamente a lo pensado, han podido demostrar que las cabras se excitan emocionalmente en respuesta a diversas situaciones de prueba, y que estas emociones pueden ser positivas o negativas.
Para arribar a esta conclusión, los investigadores analizaron los llamados que realizaban las cabras cuando esperaban comida, cuando se sentían frustradas por la demora en el alimento y cuando estaban aisladas de sus compañeras de rebaño. También estudiaron el lenguaje corporal y la frecuencia cardíaca de las cabras para calibrar su evaluación de las emociones expresadas en los llamados.
Los caballos son una bomba de emociones
Esto no es tan sorprendente, debido a que son animales muy sociales, con una relación cercana con otros de sus rebaños y con una reacción de espanto al sentirse amenazado. En Canadá, por ejemplo, la equitación se considera uno de los deportes más peligrosos, por encima de las carreras de autos y el esquí. El estado emocional del caballo es un aspecto importante para la seguridad del jinete.
Investigadores en Francia observaron el nivel de emoción y la capacidad de aprendizaje mostrada por 184 caballos de 22 escuelas de equitación diferentes. La habilidad de un caballo para estar bastante tranquilo frente a una nueva situación, y aprender rápidamente que un nuevo objeto o situación no es amenazante, es crucial cuando se le monta. Entonces los investigadores se concentraron en estos aspectos de las emociones de los caballos.
Descubrieron que una de las influencias más importantes sobre cómo se comportan los caballos es la forma en la que viven. Los caballos que se mantuvieron libres en un campo probablemente tendrían menos miedo a un nuevo objeto y responderían con menos entusiasmo a estar sueltos, a diferencia de los caballos alojados individualmente en corrales. Si bien el resultado no es sorprendente, el estudio enfatiza el hecho de que los caballos son capaces de tener emociones como la ansiedad y el miedo.
Otra pregunta que surgió, al menos en la primera parte del siglo XX, fue si los animales tienen personalidades. Ahora se acepta generalmente que sí, y que esas personalidades son tan variadas como las personalidades humanas.
Tal vez el aspecto más sorprendente en esta área de estudio es que la personalidad es discernible incluso en los peces, que a menudo se consideran carentes de emociones. Los científicos han descubierto que el tipo de personalidad de un pez puede afectar la probabilidad de tener ciertos parásitos o su capacidad para hacer frente a corrientes marinas cuando está migrando.
Por qué es importante
La razón por la cual todos estos estudios y muchos otros en emociones animales, personalidad y capacidad para sentir dolor, miedo y estrés, son importantes tiene que ver con las grandes implicancias sobre el bienestar animal. Ya sea que la ley reconozca a los animales como seres sensibles o no, estos seguirán sintiendo miedo, sufriendo dolor al ser transportados y asesinados.
Es difícil reducir el miedo y el estrés que soportan los animales que van al matadero, o que se utilizan en los deportes, el entretenimiento o los que usamos como acompañantes. Pero será aún más difícil si la ley no reconoce a los animales como seres sensibles, a cuyo bienestar deberíamos prestar plena consideración.
Al personal de los mataderos generalmente se le ve como gente que no tiene ni un poco de consideración con los animales bajo su cuidado, a pesar del entrenamiento constante. A menos que la sensibilidad animal sea reconocida por ley, seguirá siendo difícil tratar con personas que comprometen el bienestar animal