Quien toda su vista ha mirado hacia el campo, conoce y confía en su potencial. El agro venezolano lleva en sus hombros las consecuencias añejas de las políticas de Estado. Las viejas expropiaciones, consideradas por muchos como intervenciones, fueron el inicio de una cadena de decisiones centralistas que perjudicaron a latifundios y conucos por igual.
Sin embargo, la tierra fértil y los productores siguen a disposición del país. En un escenario de caída productiva severa, la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), sostiene su compromiso con la nación y se prepara a fin de generar las condiciones necesarias para cuando se dé un “golpe de timón” que permita recuperar la Venezuela agropecuaria.
Así lo considera Aquiles Hopkins, presidente de Fedeagro, quien con trece años de vida gremial y experiencia en rubros como maíz, sorgo y ganadería bovina de carne, sostiene que en la nación no sólo se deben sembrar semillas, sino también valores, a propósito de preparar el gremio para cuando el gobierno, “el que está y el que esté” comprendan que el camino a seguir es la producción.
El representante del gremio agroproductivo del país es la cuarta generación de una familia que aún mantiene vinculación directa con actividad rural. Recientemente fue juramentado en el cargo y aunque reconoce que el presente año puede ser de múltiples complicaciones, considera que la recuperación de Venezuela inicia en la agricultura.
El Impulso