Son diferentes las técnicas empleadas para esta desinfección. Las físicas son las que utilizan el calor como elemento esterilizante. Las químicas se basan en la aplicación de diferentes productos químicos, consiguiendo la desinfección del suelo mediante los mismos. Estos productos químicos suelen ser el bromuro de Metilo, la cloropicrina, el dazomet, la nema, y otros.
El vapor de agua
Este sistema de desinfección del suelo tiene una eficacia probada en la eliminación de la mayoría de los parásitos del terreno agrícola. Suele aplicarse a una profundidad variable, en función del sistema que se utilice, aunque a profundidades elevadas puede ocasionar la destrucción de los nutrientes del suelo.
La efectividad de este método es superior en los terrenos secos, razón por la cual hay que evitar regar antes de la aplicación de la desinfección mediante vapor de agua.
Entre los inconvenientes de este sistema suele estar su coste alto.
Métodos innovadores de desinfección
Para la desinfección de suelos se pueden utilizar diferentes métodos: los más modernos son la solarización, la biofumigación y la biosolarización.
La solarización
Mediante este método de desinfección, lo que se hace es acolchar el terreno agrícola en la época del año de mayor incidencia de los rayos solares y temperaturas más altas. Generalmente se usa un plástico fino para facilitar el aumento de temperatura.
Estas elevadas temperaturas provocan modificaciones químicas, biológicas y físicas, que van a conseguir la reducción e incluso la desaparición de gran parte de los patógenos. En cuanto a la cantidad de agentes patógenos que este sistema puede eliminar, estará en función de muchos factores, como es el caso de la estructura del suelo, material y composición del plástico, etc.
La solarización consigue que se reduzcan las pérdidas de calor en la evaporación producida por las altas temperaturas, de forma que las gotas evaporadas se condensan en la parte interna del plástico de la cubierta. También disminuyen las pérdidas de calor que se originan a causa de la emisión infrarroja del terreno. Al final se obtiene la máxima eficiencia en la transmisión del calor.
Biofumigación
Con esta técnica, se aplica una buena cantidad de materia orgánica al terreno agrícola, y de esa forma se utilizarán los gases que resulten de la descomposición de esta materia para controlar los agentes nocivos. Esta materia puede tener un origen animal (generalmente es estiércol) y también vegetal (restos de otros cultivos).
La técnica de la biofumigación puede realizarse en cualquier época del año, entre otras cosas porque no se necesitan temperaturas demasiado altas, aunque los procesos de degradación de la materia orgánica (lo que supone la base de esta modalidad de desinfección), son más rápidos a mayores temperaturas.
Biosolarización
Esta técnica combina las dos anteriores. Se basa en conseguir temperaturas mayores a la solarización tradicional, consiguiendo acumular un elevado porcentaje de gases bajo la protección de la cubierta.
Consecuencias de la desinfección de suelos hortícolas
Sea cual sea el método utilizado, físico, químico, etc., se conseguirá la reducción de la flora microbiana, de los agentes patógenos nocivos para futuras plantaciones.
Vía: mitreyelcampo.cienradios.com