Dos especies de trips, Frankliniella occidentalis y Thrips tabaci, han adquirido gran importancia a nivel mundial por su capacidad de transmitir virus fitopatógenos a hortalizas. Los cultivos más afectados son: tomate, ají, berenjena, cebolla, ajo, poro, papa, una gran diversidad de flores y otros cultivos como el maní.
Ambas especies comparten características biológicas en común: son de rápida dispersión, presentan ciclos de vida relativamente cortos, y tienen un alto potencial de reproducción. En forma natural, el control biológico es eficiente, pero dada sus condiciones de vectores, es muchas veces tardío. Por el momento, no hay cura para la enfermedad y sólo la detección temprana de los vectores y su control pueden detener las epidemias que causan.
Estrategias de manejo incluyen el uso de trampas amarillas pegantes centinelas, monitoreo de plantas indicadoras en campo, aspersión de extractos vegetales antivirales, diseño de corredores biológicos cercanos a las plantaciones de hortalizas y empleo oportuno de insecticidas.
Los huevos transparentes son incrustados dentro de tejidos vegetales suaves tales como brotes jóvenes, botones florales y frutos recién formados. Presentan dos estadíos ninfales, altamente gregarios que generalmente viven ocultos en los tejidos suaves de las plantas y dos estadíos pupales, que se forman en el suelo. Los adultos son alados y algunas poblaciones presentan machos y se reproducen sexualmente, otras son partenogenéticas telitokias (sólo hembras). Ambas especies presentan además otros tipos de reproducción: partenogénesis arrenotokia (hembras vírgenes producen sólo machos) y partenogénesis deuterotokia (hembras vírgenes producen machos y hembras alternadamente).
Para los mecanismos de transmisión, sólo las ninfas de los primeros estadíos son capaces de adquirir el virus, contaminando sus glándulas salivales. Una vez infectados, los individuos son capaces de transmitir el virus durante toda su vida. Los machos son más eficientes en la transmisión que las hembras y la capacidad de transmisión es una característica genética heredable
Las hortalizas representan las vitaminas y minerales necesarias para el mantenimiento de las funciones vitales del hombre. La gran mayoría de solanáceas (papas, tomates, etc.) y otras familias son susceptibles a la infección por el virus del bronceado del tomate (TSWV) y las liliáceas (cebollas, ajos, etc.), por el virus de la mancha blanca (IYSV).
Ambas enfermedades causan la reducción de los rendimientos de los cultivos y principalmente, una merma en la calidad de las hojas y los frutos cosechables.
El TSWV fue detectado por primera vez en 1995 en Argentina, y desde entonces se ha diseminado a todos los países de Latinoamérica, favorecido por el transporte de material vegetal y el movimiento de los insectos vectores. El IYSV fue detectado en Perú en 2006, y aunque su diseminación ha sido más lenta que el anterior, amenaza la producción de las liliáceas.
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Cada especie de trips tiene condiciones de temperatura ligeramente diferentes: mientras que Thrips tabaci prefiere rangos de temperatura templados (alrededor de 20°C), Frankliniella occidentalis es favorecido por altas temperaturas (alrededor de 30°C). Este diferencial de temperaturas, hace que la primera especie predomine en los meses más fríos y la segunda, en los meses de verano.
El uso de trampas amarillas pegantes centinelas en los bordes de los campos sirve para monitorear poblaciones y determinar la orientación del vuelo. El registro adecuado de adultos (hembras o machos de cada especie) permitirá tener una idea de los riesgos que representan para el cultivo, especialmente cuando consideramos que los adultos migran cuando las plantas envejecen o son cortadas o cosechadas.
El segundo nivel de decisión debe provenir del empleo en campo de plantas indicadoras. Las plantas con mayor utilidad para detectar trips virulíferos es la petunia (Petunia hybrida), ya que al presentar una respuesta hipersensible, nos indica el número de individuos virulíferos de la especie predominante que se encuentran en la zona de riesgo. Sólo si el individuo es capaz de transmitir el virus, la planta reacciona con una lesión necrótica característica.
Una vez determinada la posibilidad de infección de las plantas, podemos hacer uso de medidas preventivas de primer nivel. Las de mayor potencial son los extractos vegetales de plantas con proteínas antivirales como Mirabilis jalapa. Los extractos frescos o liofilizados de estas plantas han demostrado proteger las plantas de la infección del virus, aún cuando los vectores se alimenten de ellas, hasta por 14 días. La preservación del control biológico natural, entonces puede ser útil, cuando los insectos vectores han reducido su impacto sobre las plantas objetivos. En este caso, la especie de mayor efectividad es el chinche anthocorido Orius insidiosus. Los adultos y ninfas del chinche son capaces de alimentarse de hasta 115 trips a lo largo de sus vidas, y son, desde ya, los más efectivos en su control
Los corredores biológicos de mayor impacto sobre los enemigos naturales de los trips son las plantas que florean rápidamente, mantienen una abundante floración y de preferencia, sus flores son de color amarillo, blanco o azul (los colores que atraen a los trips). Las plantas que mejor entendemos para estos propósitos son el girasol, la crotalaria, la planta globo, el cosmos y la albahaca. A medida que mejoremos nuestro entendimiento de la forma como estos refugios influyen en la sobrevivencia de los enemigos naturales, podemos ir incorporándolos a nuestros sistemas actuales de cultivo.
Finalmente, se encuentran las aplicaciones de insecticidas de alta efectividad para la plaga y selectivo para los insectos benéficos, como son aquellos con ingredientes activos modernos, que ofrecen una alternativa confiable cuando las otras medidas no son posibles de implementarse, ya sea por la alta presión de vectores en un medio o por el tamaño de las unidades de producción.