La sanidad de las patas es prevención y se fundamenta en correctos tratamientos basados en preciso diagnóstico. Lo esencial es el buen estado de los caminos y el uso racional de pediluvios (sulfato de cobre, formaldehido, etc. en concentraciones adecuadas y reposición acorde a la cantidad de vacas) junto con las adecuadas instalaciones (bienestar animal) de acceso a las salas de ordeñe. También el recorte de pezuñas realizado por personal entrenado.
Desde el punto de vista de trastornos en bienestar animal, el pietín es una de las principales causas en las vacas lecheras.
Las afecciones podales se pueden clasificar en dos variantes según su origen:
Las infecciosas que se manifiestan como dermatitis a causa de caminos deteriorados
Lesiones metabólicas a causa de deficiencias nutricionales que se manifiestan como laminitis
Ambas o cada una de ellas se potencian y determinan la gravedad de las lesiones que se describen frecuentemente como “pietin”. El productor debería pensar en que afronta un problema multifactorial donde la vaca y sus patas son una parte, otra parte es el ambiente que incluye la alimentación, otra parte las instalaciones y los microorganismos que participan que no son los mismos en cada uno de los casos.
El clima húmedo y con lluvias promueve ablandamiento de los tejidos y los pisos defectuosos, con barros –lodo mezclado con piedras o estructuras duras como alambres, restos de metales o elementos cortantes predisponen a lastimaduras en las pezuñas y lesiones fáciles de infectarse y todo esto favorece la dermatitis digital, generalmente ulceración en la parte posterior de aspecto rojizo y tamaño entre una cereza y una frutilla. El animal claudica en distinto grado según la lesión que en general se ubica en miembros posteriores, con dolor y a veces complicada con miasis.
Respecto las laminitis agudas o crónicas suelen deformar el aspecto de las pezuñas, la vaca se apoya con los talones, en general afecta animales jóvenes, 2 o 3 meses después del parto y su origen se asocia a consumos excesivos de granos o balanceados ricos en hidratos de carbono, deficiente calidad de ensilados y carencia de fibra de buen tamaño en la dieta.
La mejor recomendación es la prevención desde los caminos, uso racional de pediluvios, la alimentación equilibrada y el piso donde transitan las vacas y un correcto tratamiento con el uso adecuado.
Vía: mitreyelcampo.cienradios.com