El crecimiento de la superficie sembrada con el cultivo de soja en la Argentina ha sido notorio, pasando de unos pocos miles de hectáreas en la década del ‘70 a casi 20 millones sembrados en el año 2014. A mediados de la década del ‘90, la adopción de cultivares transgénicos fue vertiginosa debido fundamentalmente al control más eficiente de malezas, la disminución significativa de los costos y al consiguiente beneficio en el margen económico del cultivo. Este cambio abrupto de tecnología ha tenido impacto tanto en la superficie sembrada como en la producción. Los cultivares genéticamente modificados contribuyeron al aumento de adopción de la siembra directa como sistema cultural, lo cual mejoró el uso del agua de lluvia y redujo los tiempos operativos. Todos estos factores, han contribuido a incrementar los rendimientos del cultivo de la soja y permiten una producción anual de más de 60 millones de toneladas. Por ello la Argentina ocupa el tercer lugar en el ranking mundial de países exportadores de granos de soja, luego de EEUU y Brasil, y el primer exportador mundial de aceite y harinas de soja, aportando al país más de 19.000 millones de dólares y ubicando al complejo sojero como el principal rubro dentro de las exportaciones argentinas.
Estas transformaciones redundaron en la simplificación y homogenización del sistema productivo con escasa rotación de cultivos (principalmente soja), del manejo (principalmente siembra directa) y de los principios activos usados (principalmente glifosato) y generaron variaciones en la comunidad de malezas. Entre 1995 y 2010, la riqueza o número de especies y la abundancia de malezas disminuyeron a escala regional y de lote. Paralelamente, la composición de especies de la comunidad varió, incrementándose las de difícil control ya sea por ser leñosas, perennes o tolerantes a herbicidas o por haber evolucionado resistencia a herbicidas.
El género Amaranthus pertenece a la familia Amaranthaceae que contiene aproximadamente 75 especies en todo el mundo. En la Argentina, se han reportado 32 especies del género Amaranthus, de las cuales sólo 18 son nativas (Instituto de Botánica Darwinion, 2015). Por otro lado, nueve especies de este género son consideradas malezas de los cultivos.
Entre las especies que conforman actualmente la comunidad de malezas de soja hay dos especies muy problemáticas del genero Amaranthus: A. hybridus y A. palmeri. Ambas son especies anuales, de ciclo primavero-estivo-otoñal, que se reproducen por semillas. No obstante, A. hybridus es monoica y A. palmeri es dioica (flores femeninas y masculinas en distintas plantas). Otro rasgo distintivo es la morfología foliar, ya que las hojas de A. hybridus poseen peciolos de menor tamaño que la lámina, mientras que las de A. palmeri poseen pecíolo de largo igual o mayor que la lámina.